El Olimpo

Quiero llamar la atención en relación con los vejámenes que periódicamente sufren las paredes exteriores del ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio El Olimpo. Por la acción, convocatoria y el trabajo de distintos dirigentes de organizaciones barriales, estudiantes y vecinos, las paredes de El Olimpo se convirtieron en un verdadero museo de arte a cielo abierto, con murales que permiten explicitar de una manera propia, genuina y constante el ejercicio de la memoria colectiva y la lucha de cada día por un mundo mejor. Sin embargo, las manos anónimas de siempre y otras con nombre y apellido se han empecinado en borrar dichas manifestaciones de arte popular en un lugar que sólo debiera llamar a la memoria, la reflexión y el respeto. Espero que mi inquietud pueda ser tenida en cuenta por algún funcionario para que se prohíba utilizar dichas paredes para cualquier fin que desvirtúe el dolor de lo que sucedió en el interior de dicho edificio y las luchas reivindicatorias posteriores y se arbitren las medidas que impidan la destrucción de los murales mencionados, como sucedió con los daños totales sufridos recientemente por la obra que en relación a nietos apropiados por la dictadura y sus abuelas legítimas lucía en la pared de El Olimpo, sobre la calle Ramón Falcón. Desde el 2006 he venido analizando en mi carácter de fotógrafa y ex vecina del barrio de Floresta las expresiones artísticas de estas verdaderas “Paredes para la libertad”, con la terrible conclusión de que sólo quedan prueba de ello en mi archivo fotográfico... y verdaderamente este atropello es lo que a mí me da asco.

Raquel Gociol
DNI 5.440.854