Otro ejemplo de la “lentitud intelectual” que el sistema educativo muestra es la nueva apertura del debate con estas cuestiones asociadas a la educación sexual. Es inaudito que hoy todavía se estén debatiendo temas que han de estar contemplados en los programas de estudio de cualquier nivel de la educación. Recuerdo cuando hace veinte años les decía a mis alumnas del magisterio: “Cuando ustedes estén desarrollando clases en las que hacen referencia a los niños, a las niñas, sus ropas, sus juegos, sus roles dentro del hogar o la empresa simulada... ya están iniciando a los pequeños en la educación sexual”. Este tema siempre estuvo implícito hasta en los programas más vetustos y acartonados. Todo está en los programas, sólo hay que saber leerlos, escoger de ellos lo que consideramos que es bueno y con un buen fundamento. Pero, claro, se necesitan mentes lúcidas, directivos abiertos y muy seguros de sí y de sus roles. Creo (como profesora enamorada de la biología y con 25 años frente a las aulas) que, independientemente de esta ley, sólo bastará con apoyar a los docentes para que “descubran” dónde está implícita la indicación de dar educación sexual, que tomen la temática con la seriedad y naturalidad que merece y se preparen para hacerlo y hacerlo bien. No hay secretos. A veces pienso que tal vez haya “resabios dictatoriales” que hacen que algunas cosas de la vida las veamos un poco mal, pero eso también se supera. Caso contrario no somos inteligentes. Y si no somos inteligentes por favor busquemos otra cosa para hacer, menos pararnos frente a alumnos que tanto esperan de sus mayores.

Silvia Rinaldi

DNI Nº 12.415.342