Más de 40 años después vuelvo a ver Los compañeros –film italiano del ’63 del gran Monicelli–... otro mundo y otros tiempos y sin embargo total vigencia del reclamo por la dignidad salarial, la justicia y el respeto por los trabajadores. La misma emoción porfiada en la lucha por las reivindicaciones que todo laburante consciente de sí plantea a un sistema despiadado y explotador que lo arrasa y lo condena en nombre de la ganancia infinita. Si a fines del siglo XIX, en Turín hubo que pagar con la vida el reclamo de 13 horas de trabajo ¿con qué pagará nuestra gente la flexibilidad laboral y los contratos “basura” que cabalgan desde hace años sobre el fantasma de la desocupación y la marginalidad? No en aquel Turín de 1800 sino en hipermercados y shoppings se trabaja 12 horas sin silla –ley de Palacios–, en negro, y no se contemplan horas extras ni fin de semana o feriados. En los súper hay horarios de entrada pero no de salida y se cambian turnos y tareas arbitrariamente... y ésos son los empleos que nuestros jóvenes consiguen a precio vil... ¿Nada ha cambiando, compagni? Entonces que no decaiga la lucha pues también en aquel Turín al tren de los carneros que venían a romper la huelga lo pararon los piqueteros de vías de entonces para impedir su paso. ¡Nada nuevo bajo el sol!

Lic. Silvia Spitalnik

DNI 6.264.583