El sistema de transporte único dispuesto por el gobierno nacional abrió un debate sobre el uso de información pública y sobre el acceso a información que podría ser sensible para la privacidad de las personas. En nombre de la agrupación Anonymous se “liberó” una lista de registros de la tarjeta electrónica SUBE, que –al menos la información publicada– incluye los viajes detallados de mil personas, aunque no se publicaron los nombres ni el DNI de los datos liberados. Como es sabido, la tarjeta SUBE pronto será la única manera de mantener el subsidio de viajes. El hacktivista de Anonymous reclama que no se les pida a los pasajeros “el nombre, apellido y el DNI cuando éstos piden la tarjeta para viajar”. De esa manera, un acceso a la base de datos de SUBE puede ofrecer información privada sobre la movilidad de los ciudadanos con un detalle muy preciso. “Los datos están prácticamente al alcance de cualquiera”, escribieron en el sitio anónimo Pastehtml, donde liberaron la información. También fue liberado el código de generación de los números identificadores de las tarjetas. La “acción” fue denominada #Optango. Evelin Heidel, de la Fundación Vía Libre, se expresó en el mismo sentido sobre la problemática: “La recolección de datos de transporte de todos sus ciudadanos por parte del Estado y su guarda en una base de datos es una medida abusiva e innecesaria que invade la privacidad y viola el derecho a la intimidad del que gozan los ciudadanos”.