CIENCIA › DIáLOGO CON ANDRéS PIATTI, DOCTOR EN ASTRONOMíA
El jinete se mete por enésima vez con las galaxias, cosa no del todo rara, ya que son actores de importancia en el Universo. Y explora problemas que a veces parecen limitar con la religión (para algunos, para el jinete no).
› Por Leonardo Moledo
–Usted es doctor en Astronomía por la Universidad Nacional de Córdoba y trabaja en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio. ¿Qué hace allí?
–Hay un grupo que se dedica a astrofísica estelar. Yo desarrollo tareas de investigación en esa área. Le podría contar, si le interesa, algunos de los descubrimientos novedosos que hemos hecho en el último tiempo, que nos han dado por una parte una gran alegría y, por otro lado, nos estimulan a seguir con el mismo trabajo.
–El universo en expansión: ¿da alegría o tristeza?
–A mí personalmente me da alegría.
–¿Por qué?
–Porque muestra dinamismo, porque muestra vida, porque muestra que no es algo estático, no es monótono.
–Pero también está corriendo hacia la nada.
–Yo no diría hacia la nada. Tiene todo un sentido, toda una finalidad.
–¿Cuál es la finalidad?
–Creo que la finalidad la podemos saber si damos con el que lanzó la idea y creó el mundo. Hay que preguntarle al que hizo el mundo con qué finalidad lo creó.
–Mmm... Eso es religión, no es ciencia...
–Sí. Algunos podemos llegar a entenderlo desde esa perspectiva.
–¿Usted en particular?
–Sí... Vuelvo a los resultados novedosos que hemos encontrado. Le ilustro uno de ellos a partir de un ejercicio mental. Imagínese que a alguien se le ocurriera describir bien la cantidad de habitantes en Buenos Aires por año desde el momento en que la ciudad se fundó. Eso hoy es bastante fácil de hacer, porque uno va al registro civil, ve cuántos nacimientos hay y listo. Lo mismo podría hacerlo para dos años atrás o cinco. Pero cuando uno va retrocediendo en el tiempo, choca con muchas dificultades, porque no hay registros, o se perdieron, o el papel se estropeó. Esos son escollos para reconstruir la historia de Buenos Aires desde el punto de vista demográfico. Incluso si uno tuviera todos esos datos, hay factores que complican la reconstrucción: momentos de guerra, momentos de epidemias, corrientes inmigratorias, que hacen que la densidad demográfica aumente o disminuya de una manera no normal, que complica mucho lo predecible. Con ese escenario hicimos un trabajo hace poquito referido a nuestra galaxia, la Vía Láctea. Imagínese que trabajamos con la Vía Láctea como un geógrafo hubiese trabajado con Buenos Aires en el ejemplo que le puse antes. Y lo que encontramos es que hubo dos momentos desde que se formó hasta el día de hoy en los cuales se dieron “explosiones demográficas” no habituales.
–Se produjeron más estrellas que lo normal...
–Concretamente se produjeron cúmulos estelares en números muy superiores a los que uno debería esperar en una tasa normal de formación.
–¿Cuánto es la tasa normal y cuántas se formaron en esos períodos?
–Una de las épocas ocurrió hace 1500 millones de años. Imagínese que la galaxia tiene 12 mil millones de años...
–Pero, ¿no es una galaxia de segunda generación?
–Digamos que no... Esa edad es la edad del Universo, y hay objetos dentro de la Vía Láctea datados en esa edad. A lo mejor con esa palabra está usted haciendo referencia a que el proceso no es espontáneo, sino que se van produciendo un montón de perturbaciones y esos sucesos... bueno, resulta que encontramos ese período (hace 1500 millones de años) y uno descubre que hace 15 o 10 millones de años que nuestra galaxia experimentó estos procesos de formación enriquecido, o burst de formación.
–Un baby boom...
–Efectivamente. Bueno, ese trabajo fue publicado hace poco en una de las mejores revistas científicas.
–¿Y por qué se produjeron esos bursts?
–Ahora recuerdo su pregunta del principio, acerca de por qué pensaba que el Universo en expansión tenía vida. Las galaxias, con su dinámica, con su movimiento, interactúan entre ellas: Andrómeda interactúa con nuestra galaxia, las Nubes de Magallanes también. En esa interacción, cada una de las galaxias siente la mutua perturbación gravitatoria de las otras. Es como cuando uno va por la ruta y se cruza con un camión, que perturba el recorrido propio. Ahora lo que queremos es ahondar sobre cuál de las galaxias vecinas pudo haber interaccionado con la nuestra para poder generar estos bursts.
–¿Qué tipo de interacción es?
–Orbital. Se acerca una a la otra y en ese acercamiento hay transferencia de masa, de polvo y gas; y eso genera, en circunstancias de presión y temperatura muy peculiares, que se disparen las cadenas de formación de estrellas. En un sistema quieto, estable, donde no hay ingreso de materia, esas perturbaciones no son esperables. Sospechamos, o nos gustaría que la respuesta a esto fuera que las Nubes de Magallanes o Andrómeda misma fueran las responsables de este proceso.
–¿Y por qué le gustaría que fueran ellas?
–Porque en estas galaxias, que también estamos estudiando, encontramos algo parecido a esos baby booms, pero el problema es que deberían ser exactamente al mismo tiempo que en la Vía Láctea. Si se dieran los dos baby booms al mismo tiempo, sería fácil pensar que se producen por la interacción de ambas. Si no, habría que buscar otra explicación. Podrían ser, por ejemplo, procesos internos: nuestra misma galaxia, además de poder interaccionar con otras, tiene una dinámica muy rica. Podría ser que los llamados procesos de nucleosíntesis generen este tipo de perturbaciones. Le pongo un ejemplo: hay estrellas muy masivas que explotan como supernovas e inyectan al medio mucha materia. ¿Qué tal si estos estallidos de formación estelar se hubiesen provocado por una serie de supernovas más o menos contemporáneas?
–¿Y cómo es esa perturbación? Estallan varias supernovas, eso genera una onda gravitatoria que llega a nuestra galaxia unos millones de años después. ¿Qué pasa allí?
–Bueno, es como si fuera el viento: de alguna manera empuja las partículas, las arrincona, las concentra. A nivel atómico, cuando dos o más partículas pasan cerca, sienten el efecto gravitatorio de una sobre la otra y terminan acoplándose; en un gas, por ejemplo, lo que en un momento es un montón de partículas moviéndose como si fuera un bolillero de lotería, ahora da una segunda fotografía con muchas todavía aisladas, pero con un conjunto más sólido de partículas agrupadas. Eso pasa en el Universo, y es una diferencia importante frente al resto, porque al tener mayor masa tiene mayor capacidad de atraer a otras partículas que están girando solas. A raíz de esa inestabilidad, después se produce un efecto de atracción. Esa bola se va haciendo tan grande que se enciende cuando la presión es tan grande y la temperatura tan alta, produciéndose la fisión nuclear.
–Entonces, podría ser por interacción entre galaxias o por las supernovas. ¿Cuál le gustaría que fuera?
–No tengo preferencia por alguna. Lo que me gustaría es poder llegar a la verdad. La respuesta a la que nos gustaría llegar, además de ser convincente y elegante, tiene que ser sólida y no caerse si es la realidad.
–¿Y qué más sabemos del Universo a partir de esto?
–Si en una galaxia que no es de las más importantes como la nuestra, encontramos procesos explosivos de formaciones de cúmulos de estrellas, y también En las galaxias vecinas, eso ayuda a especular sobre la existencia de una ley universal en las formaciones de las galaxias. Si en la nuestra, ocurre eso, podemos empezar a pensar si no habrá ocurrido en todo el Universo.
Informe: Nicolás Olszevicki
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