› Por Juan Gelman
La poderosa Asociación del Rifle (NRA) de EE.UU. celebró el fin de semana pasado su primera convención nacional. Su consigna: “De pie y a luchar”. Acudieron decenas de miles de los cinco millones de miembros de una institución que aboga por todos los medios, especialmente el cabildeo en el Congreso –pero no sólo– para que no se impongan los controles a la venta libre de armas que el presidente Obama desea establecer, sin suerte por ahora. Es que se acercan las elecciones intermedias del 2014 y no es cuestión de permitir que un parlamento parcialmente renovado los convierta en ley.
Wayne LePierre, director ejecutivo y vicepresidente de la NRA, llamó a “combatir por todo aquello que queremos” y Chris Cox, el jefe de los cabilderos de la NRA, instó a las nuevas generaciones a apoyar el gran objetivo de institución: “Nuestro futuro –dijo– depende de los miembros jóvenes de la Asociación” (//nbcpolitics.nbcnews.com, 5-5-13). Dos pisos más abajo de las oratorias, más de 500 comerciantes minoristas exponían sus productos. Uno de ellos ofrecía armas de la guerra civil: el precio de un Colt de entonces ascendía a casi cinco mil dólares.
Los medios se explayaron sobre la convención. El New York Daily News detectó que dos niños de 10 años andaban con sus pistolas de aire, uno de 11 portaba un arma semiautomática y uno de tres años “despertó un aplauso por ser el miembro más joven de la NRA” (www.nydailynews.com, 5-5-13). El Daily Mail on Line anotó que Will Marshall, un adolescente de 12 años de Florida, “ha sido miembro de la Asociación durante 11 años y posee cuatro revólveres” (www.dailymail.co.uk, 6-5-13). Es decir, fue inscripto por su padre cuando tenía un año apenas. Estos dos sitios traen fotos reveladoras: se observa a padres mostrando armas a sus hijos, familiarizándolos con su presencia y uso, una actitud no precisamente familiar.
Becky Lou Lacock, de Spring, Texas, asistió a la convención. Tiene 58 de edad y es miembro de la NRA desde los 10. Guarda 50 armas de fuego en la casa y su preferida es una Browning 243 X Bolt. Alvin Olson, de Minnesota, miembro desde hace cuatro décadas, posee tantas que ni se acuerda de cuántas son. Se mostraron otras curiosidades: durante dos días apareció como blanco una imagen muy parecida al presidente Obama que lo mostraba sangrando. Hubo que retirarla. La vendía una empresa de armamentos de nombre muy particular: la Zombie Industries (//zombieindustries.com). Preguntado por un periodista si la imagen era intencional, uno de los empleados de la Zombie contestó: “Digamos que le regalé una a mi padre republicano en Navidad” (www.buzzfeed.com, 5-5-13).
Hay que admitir que a los diseñadores de la Zombie no les falta ingenio. Han creado una suerte de maniquí del tamaño del ser humano. Se llama “La ex” y porta a voluntad el rostro de la que fuera alguna vez novia del comprador: éste la emplea como blanco y cuando le dispara, del maniquí cae un líquido rojo que parece sangre. No es una idea divertida en un país donde tres mujeres son asesinadas cada día por su novio o su ex (www.thegloss.com, 7-5-13).
La aplastante mayoría de los miembros de la NRA son hombres, pero la institución y los empresarios no olvidan al sexo femenino. Se expusieron en la convención corpiños aptos para portar revólveres especiales “a fin de que las mujeres se sientan seguras –afirmó un vendedor– y no pierdan su esbeltez”. No deja de ser una delicadeza.
Afuera del edificio de la convención, un puñado de personas se manifestaba condenándola y leyendo los nombres de unas 4000 víctimas asesinadas con armas de fuego. Pasaban otras cosas. En Florida, una niña de 6 años perdió la vida por un balazo que le asestó su hermano de 13. Los niños estaban solos en la casa y el hermano mayor encontró el revólver de su padre. Fue un accidente, informó la policía, aunque prosigue su investigación (www.sun-sentinel.com, 6-5-13).
Poco antes de la convención de la NRA, Kristian, un niño de cinco años, mató accidentalmente a su hermanita Caroline, de dos en Burkersville, Kentucky, jugando con un arma calibre 22 llamada “Mi primer rifle” (www.nytimes.com, 3-5-13). La empresa constructora del “juguete” retiró esa oferta de su sitio, pero en las imágenes del archivo hay una sección titulada “El rincón de los niños”. Es decir, exhibe ese “primer rifle”.
Se crea de este modo una cultura de las armas de fuego que moldea a la infancia desde muy temprano. Una de sus consecuencias –o propósitos– es contar con conciencias preparadas para la “guerra interminable”, según dijo Dick Cheney, que la Casa Blanca ha emprendido. Los resultados son mortíferos para el propio EE.UU.
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