› Por Mario Goloboff *
Feminista, nacionalista irlandesa y revolucionaria, Constance Markievicz, condesa y roja, cruzó el último cuarto del siglo XIX y buena parte del XX con su conciencia de las desigualdades sociales y su militante indignación en alto, a pesar de haber nacido en el seno de una familia aristocrática de los primeros rangos, propia de la Ascendancy angloirlandesa. Venida al mundo como Constance Gore-Booth en la Irlanda ocupada por los británicos y mudada a Londres para estudiar Bellas Artes, comienza una vida política al apoyar entusiastamente el movimiento sufragista de las mujeres inglesas (National Union of Women’s Suffrage Societies). Poco después se traslada a París para proseguir sus estudios en el Julian School, y allí conoce y se enamora de quien será su futuro marido, paisajista, escritor y director de teatro, miembro de la nobleza polaco-rusa, el conde Casimir Dunin Markievicz, cuya primera esposa había muerto en 1899 y que, por aquellas condiciones y por habitar luego en Dublín, devino miembro del círculo literario del gran W. B. Yeats y del célebre Abbey Theatre.
A principios del XX, Constance regresa a Irlanda y se radica efectivamente en Dublín, donde entra en contacto con el ambiente nacionalista intelectual y artístico. En 1903,
adhiere al grupo feminista y nacionalista denominado Mujeres de Irlanda (Inghinidhena Eireann, en gaélico irlandés). Y en 1908 se une al recién creado Sinn Fein Republicano, ocupando el puesto de responsable de las juventudes de la Hermandad Republicana Irlandesa. Es detenida en 1911 por manifestarse en contra de la visita del rey Jorge V, en lo que sería el inicio de una serie de detenciones y encarcelamientos que se sucederían hasta el final de su vida. Al tiempo, participa de manera activa en una huelga general, enrolándose en el Ejército Ciudadano Irlandés (ICA: Irish Citizen Army), grupo armado republicano, izquierdista y obrero, del que Constance fue una de sus principales dirigentes, llegando a ejercer también las funciones de tesorera.
El ICA (Am NaSaorànach, en irlandés) fue, según Vladimir Ilich Lenin, el primer ejército rojo de Europa. Nació en noviembre de 1913 por iniciativa de Jim Larkin y Jack White, con la intención de ser una milicia obrera para la autodefensa y tuvo como último objetivo la independencia de Irlanda con vistas a una república socialista. Entre 1913 y febrero de 1914 se desató una larga huelga general en el sector tranviario de Dublín que le forjó excelente reputación en los medios obreros del nacionalismo irlandés. Tras la detención de White, pasó a la dirección militar James Connolly, un destacado dirigente socialista de origen escocés. El ICA aprovechó los preparativos europeos para la Gran Guerra y compró un considerable cargamento de rifles Mauser a Alemania.
Connolly, que había servido en el ejército británico, se encargó de proporcionar entrenamiento militar profesional a jóvenes del ICA, mujeres y varones, durante dos años aproximadamente, ya que su intención era hacer estallar una revuelta contra la dominación británica. En 1916 se produce el Alzamiento de Pascua, con el cual Irlanda inicia el camino hacia su independencia. Aunque James Connolly amenazaba con empezar la revuelta de manera unilateral, llegaron a un acuerdo con todas las fuerzas del nacionalismo irlandés para iniciar un levantamiento unitario hacia fines de abril. Si bien el ICA sólo contaba con aproximadamente 300 miembros en sus filas (hombres y mujeres por igual) jugó un papel muy destacable en este alzamiento. Las primeras bajas entre los alzados fueron dos miembros del ICA, muertos al intentar asediar el castillo de Dublín. James Connolly fue nombrado casi inmediatamente comandante en jefe de la Brigada de Dublín. Tras una semana de duros enfrentamientos contra los invasores, la insurrección fue brutalmente aplastada y Connolly apresado y ejecutado el 12 de mayo de 1916. Tras este Alzamiento de Pascua y su enorme represión, el ICA sufrió un proceso de dispersión y ablandamiento; la mayoría de sus militantes se pasaron al IRA, aunque el ICA existió como tal hasta los años ’30.
Constance Markievicz fue la primera mujer oficial de un ejército moderno: durante el Alzamiento de Pascua ocupó el cargo de subcomandante, dirigiendo asimismo la brigada femenina que, en las condiciones de la lucha irlandesa, jugaba un papel probablemente más importante que la de los hombres. Dedicada en un principio a la asistencia sanitaria de los heridos, pasó a tomar directamente las armas en la insurrección. Constance se destacó sobre todo en su participación en los combates del jardín Saint Stephen, donde combatió junto a James Connolly como francotiradora. Tras el fracaso del Alzamiento, fue detenida e internada en la cárcel dublinesa de Kilmainham, junto a tres mil quinientos hombres y setenta y nueve mujeres. En ésta, le tocó ser testigo de la ejecución de Connolly y otros quince líderes de la revuelta. Ella misma fue condenada a muerte, pero su pena conmutada por cadena perpetua ya que aquélla no podía aplicarse a las mujeres. Por lo cual se cuenta que dirigió a la Corte Marcial una frase que muestra su entereza: “Ustedes ni siquiera han tenido la decencia de fusilarme”. Posteriormente es trasladada a la prisión de Mountjoy, y luego a Aylesbury, en Inglaterra. Allí escribe las Cartas desde la Prisión y decide bautizarse católica.
A raíz de una amnistía general decretada por el gobierno británico es liberada en junio de 1917. Considerada como una heroína fue de nuevo encarcelada en 1918 por protestar contra el reclutamiento forzoso de irlandeses en el ejército británico y elegida diputada a la Cámara de los Comunes en nombre del Sinn Fein, pero rechazó ocupar el cargo, como el resto de sus camaradas. En abril de 1919 fue nombrada ministra de Trabajo en el gobierno revolucionario de Eamon de Valera. Opuesta al tratado por el cual se partía en dos al país y el rey de Gran Bretaña continuaba ostentando la jefatura del Estado, apoyó activamente al IRA y a los “antitratado” en la Guerra Civil. En 1923 fue reelegida parlamentaria, aunque rechazó una vez más tomar su escaño por negarse a reconocer el llamado Estado Libre Irlandés. Había ya llegado a ser una socialista convencida, hasta afirmar: “El nacionalismo por sí mismo no es la respuesta (como vía de solución a los problemas de la clase obrera irlandesa), pues las mismas condiciones existen en Inglaterra, aunque mucho menos extendidas. El socialismo, en cambio, al promover la igualdad absoluta, va de la mano tanto con las exigencias del movimiento obrero como con las cuestiones de la liberación femenina”.
Constance fue uno de los miembros fundadores, con el mismo Valera, del Fianna Fáil (expresión irlandesa que aproximadamente significa “soldados del destino”), siendo reelegida parlamentaria, pero esta vez por el nuevo partido. Desafortunadamente, poco después murió de peritonitis en el Sir Patrick Dun’s Hospital de Dublín el 15 de julio de 1927; recibió los honores de un funeral de Estado al que concurrieron más de 100.000 personas y fue enterrada en el Glasnevin Cementery de la ciudad. Dejó escritos estos versos, a más de diez años del Alzamiento y la matanza: “Ellos no murieron, no están dormidos; /tan sólo se despertaron del sueño de la vida /sobrevolaron la sombra de nuestra noche. /Envidia, calumnia, odio, sufrimiento /y esa agitación que los hombres llaman felicidad /no pueden ya alcanzarlos...”.
* Escritor, docente universitario.
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