Sáb 01.08.2015

CONTRATAPA

Lo que encubre la palabra democracia

› Por Osvaldo Bayer

Desde Bonn, Alemania

Se dieron a conocer públicamente los dineros que han cobrado como sueldo los presidentes ejecutivos de las empresas alemanas en el año pasado. Es increíble. Tanto dinero a personas en una democracia. Ni qué hablar lo que cobran los ejecutivos norteamericanos que superan por mucho lo que ganan sus colegas alemanes. La lista se inicia con el presidente ejecutivo de la empresa fabricante de automóviles Volkswagen, M. Winterkorn, 15 millones de euros. Es decir más de 1 millón por mes. Luego viene B. McDermott (SAP) con 7,9 millones; K. L. Kley (Merck) 7,8 millones, N. Reithofer (BMW) 7,2 millones, D. Zetsche (Daimler) 7,1 millones, J. Fitschen / A. Jain (Deutsch Bank) cada uno 7,1 millones, K. Rorsted (Henkel) 6,7 millones, M. Diekmann (Allianz) 5,9 millones, P. Terium (RWE) 5,7 millones, F. Appel (Deutsch Post) 5,5 millones, J. Kaeser (Siemens) 5,5 millones, H. Hiesinger (TyssenKrupp) 5,4 millones, K. Bock (BASF) 5,4 millones, S. Heidenreich (Beiersdorf) 5,0 millones, M. Dekkers (Bayer) 4,9 millones, B. Scheifele (Heidelberg Cement) 4,7 millones, E. Degenhart (Continental) 4,4 millones, J. Teyssen (Eón) 4,3 millones, H. Hainer (Adidas) 4,3 millones, U. M. Schneider (Fresenius) 4,2 millones, N. von Bomhard (Munich RE) 4,1 millones, R. Powell (Fresenius Medical Care) 4,0 millones, T. Hoettges (Telecom) 4,0 millones, R. Francioni (Deutsch Boerse) 3,7 millones, M. Zachert (Lanxess) 3,4 millones, W. Buechele (Linde) 3,2 millones, M. Blessing (Commerzbank) 3,1 millones, C. Spohr (Lufthansa) 2,3 millones, N. Steiner (K+S) 2,1 millones, R. Ploss (Infineon) 2,1 millones.

Es decir, haciendo resumen, los ejecutivos ganan 53 veces más que un empleado. Esto ha originado gran discusión en Alemania. Luego hay otra cifra muy sugestiva: las ganancias del último año de los poseedores de los establecimientos crecieron en porcentaje más que el aumento que obtuvieron los ejecutivos y los empleados en general. Esas ganancias subieron un 6,8 por ciento.

Pero esto no es nada, el nivel de ingreso de los ejecutivos en los Estados Unidos deja muy atrás a los europeos. En promedio, los capos de las empresas norteamericanas han llegado a una suma que alcanza a los 15,1 millones de euros. El máximo ganador es el nuevo jefe de Microsoft, Satya Nadella, con un total de 63,4 millones calculados en euros.

Ese es el capitalismo mientras en sus grandes ciudades se ve la miseria, la falta de trabajo. Más todavía, el último ataque a la Igualdad lo han hecho los empresarios alemanes que quieren terminar con las ocho horas de trabajo. Sí, aquel gran triunfo de hace un siglo de los sindicatos obreros, cien años después quiere ser eliminado. Se basan los empresarios en que el sistema de computación ha aligerado todos los trámites y permite más velocidad, más trabajo y menos cansancio. Increíble la conducta empresaria. Más dinero para los ejecutivos y más horas para los dependientes.

No sólo eso. Aunque parezca mentira, los últimos cables desde Estados Unidos revelan que aumenta día a día la pobreza de los niños en ese país.

Dicen los cables: “A pesar del momento positivo de la economía en Estados Unidos, viven hoy aquí más niños pobres que en la gran recesión de 2008”. Esto está comprobado en un trabajo de la Annie Casey Foundation. En 2013 vivía en la pobreza el 22 por ciento de los niños en Estados Unidos. En 2008, esa cifra era del 18. El número de pobres entre los afroamericanos y los indios se ha duplicado. Los más grandes problemas sociales existen en el Sur y Suroeste de EE.UU. y, sin embargo, por ahora el candidato a próximo presidente de Estados Unidos por el Partido Republicano mejor ubicado es el multimillonario Donald Trump, que se distingue por sus ataques a los mexicanos y con toda arrogancia habla de los millones de dólares que ha logrado juntar. Donald Trump está primero en las encuestas.

¿Es esto democracia? ¿Acaso la democracia es cuestión sólo de dinero?

Lo que llama la atención es la situación en las dos Alemanias, es decir en lo que antes fue la Alemania comunista y hoy es parte de la Alemania unida. Y lo que fue la Alemania del oeste bajo el dominio aliado. Se comprueba que en el territorio de lo que fue la Alemania comunista se tienen más hijos. Un estudio llamado “Así la va la unidad” señala: “Los resultados nos han sorprendido a todos”. En primer término las cifras económicas dan que pensar. La producción en el este alcanza sólo a los dos tercios de la Alemania del oeste. Esto se basa en que en la Alemania del este existe mucho menos gran industria y la consecuencia es que la desocupación en el este es de un once por ciento, lo que significa alrededor del doble que en la Alemania del oeste, y eso a pesar de la enorme emigración que hubo del este al oeste. El ciudadano medio de Alemania del este alcanza apenas dos tercios de las entradas de un alemán occidental.

Se nota que mientras la sociedad esté dividida en clases, la lucha no se termina. El sindicalismo debe allí tener su palabra y su alerta. En una nota titulada “Alegría en destruir”, el científico norteamericano Ethan Zuckerman sostiene que vivimos en una época en la que el poder de las instituciones está amenazado y señala: “Es un motivo para alegrarnos”. Y señala que en Estados Unidos las instituciones están perdiendo fuerza por falta de apoyo.

“Se nota –dice– en que la juventud ya no va a votar, y tampoco gran parte de la población. Sólo un 24 por ciento de la población sostiene hoy que le tiene confianza al gobierno.” En 1964 ese valor era del 77 por ciento. Hay de pronto una búsqueda de cambiar el mundo. Ojalá se logre.

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