CONTRATAPA
Cuidado con el perro
Por Eduardo Aliverti
Lo de “cuidado con el perro” es en sus dos acepciones: la de cuidado que muerde y la de cuidado con la trampa.
Así, cuidado con el perro vaticano. Cuidado con el perro del Fondo Monetario. Cuidado con el perro de la Sociedad Interamericana de Prensa. Cuidado con el perro de la visita del jefe del Pentágono. Cuidado con el perro del control de precios. Cuidado con el perro de la crisis de “gobernabilidad” si el Presidente continúa yéndose de boca, aunque en las acciones concretas debe admitirse la lectura de que pasa antes poco que mucho. A la Argentina Amenazada la corren con el perro del Papa, de los acreedores internacionales, de los oligopolios, de los directivos periodísticos del establishment internacional, de las compañías petroleras extranjeras, de la despenalización del aborto, de los monopolios, de la lupa de los yanquis sobre las valijas con cocaína, de la amistad con la Venezuela de Chávez, de los grandes productores agropecuarios si no les rebajan las retenciones a la exportación, del voto sobre Cuba en las Naciones Unidas, de la CIA si los radares no los hacen ellos, de los fondos buitres, de los viejitos japoneses, de los 108 mil millones de dólares de argentinos en el exterior, de los viejitos italianos, de la distribución gratuita de forros, de la pelea del peronismo bonaerense.
Somos unos “gran-amenazados” a cada rato, desde casi todos los flancos que se quieran. Y poco menos que siempre fuimos así, o nos los hicieron creer, o quisimos creérnoslo. ¿Alguien se detiene para gritar “esperen”, “veamos, “detengámonos”, “evaluemos”? No. Y cuando lo hay se lo para en seco. Con los grandes medios de comunicación a la cabeza, o en el podio. De lo contrario, ¿con qué se llenarían diariamente los diarios, la radio y la tele, si es por la lupa política en el sentido periodístico de la figura? ¿Con qué, si no inventan que la llegada de Rumsfeld es decisiva para las relaciones con Washington? ¿Con qué, si no inventan que es considerable que los viejitos italianos recurran a los tribunales internacionales? ¿Con qué, si no hacen un patatús de 60 kilos de cocaína? ¿Con qué, si no se alarman frente a la escalada de bravuconadas de los caudillos del PJ de la provincia de Buenos Aires?
Uno podría irse hasta la historia, de adelante para atrás para no sonar un tanto rebuscado. Que si no pagamos la deuda nos embargan los aviones y los barcos. Que si no frenamos a la guerrilla se disuelve la Nación. Que si no nos atamos al líder de Occidente seremos como cualquier paria latinoamericano. Que si no se derroca a Perón viviremos en tiranía. Que si no es por Perón arremeterán los rojos. Que es cuestión de derrocar a Yrigoyen para seguir insertados en el mundo. Pero no hace falta irse hasta una historia de decenas de años. Con la de estos últimos meses y semanas basta y sobra, si es por las tonterías y los tontos que hacen océanos de gotas que la mayoría de las veces son absurdas, si no fuera por el sentido de atemorizarnos frente a los presuntos o reales grandes poderes. Es la demostración de que, después de todo y por mucho que parece haber muerto Fukuyama y cambiado el discurso, el pensamiento único sigue vivito y coleando.
A ver ese tan tremendo problema del Vaticano enojadísimo porque esa cucaracha con forma humana de monseñor Baseotto recibió el castigo de perder su cargo y su sueldo de obispo militar. ¿Qué pasa? ¿Qué venganza ecuménica caerá sobre una Argentina de mayoría de católicos de la boca para afuera, con cuáles efectos concretos en una población que en su mitad ya se cayó del mapa o quedó al borde? A ver ese default que nos iba a expulsar del mundo y de las inversiones rumbo a algún planeta de metafísica aplicada. A ver esos fondos (de) buitres que iban a hacer tronar el escarmiento neoyorquino sobre qué. ¿Sobre aviones que son españoles, y barcos que son de bandera africana, y aguas que sonfrancesas, y centrales eléctricas que son chilenas, y cemento que es suizo, y cerámicas que son irlandesas, y vidrios que son ingleses, y petroquímicas que son belgas? Apenas si consiguieron el embargo de algunos fondos que están afuera. A ver esa visita del ministro de Defensa norteamericano, Rumsfeld, uno de los peores halcones de Bush, un terrorista, supuestamente blandiendo una espada de Damocles sobre supuestas necesidades argentinas de una Casa Blanca amiga que no fue ni será amiga jamás, más que para ubicar sus intereses sin importar ni a quién se mata ni quiénes quedan en el camino; y todo eso en el momento histórico de mayor descenso de la influencia norteamericana en la conciencia media del mundo, bien que no en su poderío militar.
Una cosa es globalizarse, y otra vivir englobados por chantajes que se arman desde las usinas del sistema de dominación con el invalorable aporte de innumerables idiotas útiles. La síntesis sería que, sin caer en irresponsabilidades autistas, algún día deberíamos preocuparnos no más que por nosotros mismos. ¿En dónde terminó esta sociedad, acaso, por aceptar vivir bajo amenazas, que después se transforman en profecías autocumplidas?