¿El mundo al revés?

En relación con todas las noticias que provocaron los recientes atentados terroristas (o sea, que causan terror), ¿no encerrará algo de verdad aquello de que hoy por hoy debemos tenerles un poco más de miedo a los cínicos que a los fundamentalistas? Para ello, remítase el lector a la parafernalia de anuncios que acompañan a los principales titulares de los medios informativos sobre los hechos desencadenados en Londres: en resumidas cuentas, si vivís por ahí, contanos cómo voló todo por el aire, inclusive las tripas de las víctimas. Y si tenés fotos, mejor aún. Ello sin escatimar, por otra parte, las increíbles declaraciones formuladas por algunos de los principales “líderes resistentes” de nuestro planeta. Si no me falla la memoria, en el maravilloso libro Madre noche, Kurt Vonnegut dijo algo parecido a que los buenos luchan contra el mal por sus ideales y los fanáticos lo hacen creyendo que Dios está de su lado (perdón Kurt si la pifié, pero no tengo a mano el libro para buscar la cita, ésta al menos es la idea que me quedó). A esta altura del partido, lejos ya de muchas ideas políticas “superadoras”, no creo que exista la violencia “buena” vs. la violencia “mala”. Sólo sé que, por lo general, la violencia engendra más violencia. Y bueno, ¿cómo se llamaba el fotógrafo aquel que se sacó ese premio tan preciado para la profesión porque se quedó mirando cómo un ave de rapiña esperaba ansiosa la muerte de una niña africana que, de todos modos, gracias a su irreversible estado de desnutrición, iba a morir? Si alguien estuviera en condiciones de arrojar la piedra, ¿a quién se la tiraría primero, al fotógrafo o al ave rapaz? ¿Podremos, como especie, en algún momento de nuestra evolución dedicarnos a protegernos en lugar de crear medios para exterminarnos? Ojalá que, como en el caso de la ranita y el escorpión, no sea sólo la destrucción lo que prime en nuestra naturaleza.

Isabel Osorio
DNI Nº 17.198.689