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Por K. M.
“¡Qué linda que está!”, comentaban en voz alta las fans que coparon las primeras filas de la sala Julio Cortázar en la Feria del Libro. La destinataria de los piropos que parecían sacados de la canción de la Bersuit era Elisa Carrió, mucho más flaca y con tostado cama solar en las mejillas. La ex candidata a presidente eligió para reaparecer en la escena pública la presentación del libro de Mariano Echenique La propuesta educativa neoliberal. Propuesta que se encargó de mancillar largamente, con constantes alusiones a las autoridades, aunque sin dar nunca nombres propios, en la misma silla que minutos antes había usado el ministro de Educación, Daniel Filmus, durante la presentación del programa Latinoamérica Lee.
“Que sea un profesional joven el que escribe esta memoria habla de la profunda crisis de la generación de la que formo parte. Si este libro no pudo ser escrito por nuestra generación es porque está llena de mutantes, militantes de izquierda en los ’70, neoliberales en los ’90 y progresistas en el 2000. Quizá los mutantes estén apostando a la desmemoria porque es lo que les conviene”, comenzó Carrió entre aplausos. “Es otra generación la que ahora está poniendo con nombre y apellido a la elite intelectual que entregó la educación en la Argentina, con total conciencia de lo que estaba haciendo. En ese sentido, el libro es una descripción del cinismo de los que saben”, señaló.
Con un minucioso trabajo de análisis de discurso de documentos como los del gobierno de Menem, el Banco Mundial, fundaciones vinculadas con grandes empresas, plataformas de partidos políticos y hasta volantes de agrupaciones estudiantiles, Echenique rastrea los argumentos con los que se intentaron introducir reformas que avanzaran sobre la educación pública: arancelamiento de la educación media y superior, libre elección de escuelas, libre competencia entre las escuelas, privatización general del sistema, entre otras. Durante la presentación, el autor señaló la forma en que esas reformas fueron finalmente resistidas: “en ese sentido, el mío es más un libro sobre lo que podría haber pasado que sobre lo que pasó”, definió, y marcó los actores que a su juicio impidieron el escenario que se buscaba imponer: “centros de estudiantes secundarios y universitarios que marcharon, docentes que ayunaron, partidos políticos que resistieron, dirigentes que no canjearon puestos por principios como lo aconsejaba el pragmatismo cínico”, detalló.
Carrió marcó que algunas de aquellas reformas neoliberales educativas, como el traspaso del sistema de la nación hacia las provincias, sí fueron exitosas: “La supuesta descentralización terminó en una centralización autoritaria por un lado, y por el otro en una anarquía en la que hay veinticuatro sistemas educativos distintos, y hacia adentro de cada uno tampoco hay sistema”, recordó. “Esto no fue inocente. Y los culpables deben ser puestos en el banquillo público de los acusados. No pueden volver los mismos a decir cosas distintas borrando el pasado”, finalizó, nuevamente sin dar nombres y apellidos.
La especialista en educación María Teresa Sirvent, quien también asistió a la presentación, analizó los aportes críticos de Echenique en su análisis sobre el neoliberalismo y sus consecuencias en la educación. “Los pocos que lo vimos y denunciamos en los ’90 recibimos de parte de nuestros colegas el mote de ‘románticos y folklóricos del ’60’. Visto desde hoy es el testimonio de un fracaso anunciado, pero también un alerta para no reproducir las perversiones, distorsiones y engaños que el libro presenta.”