El centenario del nacimiento de Pablo Neruda disparó homenajes y recordatorios en todo el mundo, pero el epicentro estuvo en Chile: con una ceremonia en Parral, la ciudad donde nació Neruda, 300 kilómetros al sur de Santiago, el gobierno chileno llevó a cabo su propia celebración. Allí, el presidente Ricardo Lagos habló de “saldar públicamente una deuda personal con Neruda como gobernante”, la de la capacidad de combinar “el realismo y el irrealismo, el trabajo concreto y los sueños, sin los cuales la labor pública carece de sentido”.
Hijo de un obrero ferroviario, Neruda fue homenajeado en la estación de trenes de Parral, bautizada con su nombre. En el acto participaron cerca de 300 invitados que viajaron en el Tren del Poeta, entre intelectuales, artistas, escritores, autoridades y periodistas. Entre ellos, el escritor argentino Ernesto Sabato tuvo un lugar especial como “orador de honor”. El autor de Sobre héroes y tumbas recordó el vínculo de afecto y compañerismo entre Neruda y Allende: “Rememorando al poeta y al héroe, atravesé la ancha alameda sintiéndome desbordado ante el triunfo de un pueblo sobre la traición, de la justicia sobre el crimen, de la poesía sobre todo intento de masificar al hombre”, dijo. En representación de los invitados –Ernesto Cardenal, Thiago de Mello, Paulo Guayasamin, Antonio Skármeta, entre otros–, Sabato señaló que la celebración del centenario de Neruda “demuestra la vigencia de una vida y una obra que, junto con otros altos atributos, constituye un ceremonial del coraje y la hermandad entre los hombres”. Ayer, además, el gobierno chileno entregó en todo el mundo las Medallas Centenario Pablo Neruda a cien personalidades “por su aporte a la cultura, la literatura y las artes”, honor que, además de los escritores presentes en Parral, alcanzó a Carlos Fuentes, Augusto Roa Bastos, Mario Vargas Llosa, José Saramago y Mario Benedetti, al músico Bono (U2) y la actriz Julie Christie.