CULTURA
La Feria del Libro se hará, pero en el marco de un fuerte ajuste
Paul Auster, Joan Manuel Serrat, Carlos Monsiváis y Tomás Eloy Martínez serán las máximas figuras de la edición, que se confirmó luego de que la organización lograse rescatar dinero del corralito.
› Por Verónica Abdala
El escritor estadounidense Paul Auster, el músico catalán Joan Manuel Serrat, el ensayista mexicano Carlos Monsiváis y el escritor argentino residente en Estados Unidos Tomás Eloy Martínez serán las únicas estrellas de la 28ª edición de la Feria del Libro, cuya inauguración se confirmó para el viernes 19 de abril. Estas cuatro presencias internacionales pueden ser consideradas actos de amor hacia la Argentina, ya que en el marco de la actual crisis económica está claro que ésta es la edición del ajuste del ajuste. Auster –autor de La música del azar, Mr. Vértigo y Leviatán, entre otras obras de narrativa y los guiones de los films Smoke y Blue in the face– aceptó pesificar su cachet, porque tiene una vieja relación de fascinación con Buenos Aires. Serrat, que no es lento a la hora del dinero, dijo que consideraba un honor ser invitado a un acontecimiento como la Feria, en el marco de una visita al país en que, además, cantará. Monsiváis consideró que era fascinante venir a la Argentina y medir su pulso en medio del panorama actual. Martínez creyó inoportuno pedir cualquier tipo de beneficio económico para participar de un evento cultural en sus propio país.
Los invitados internacionales, los nombres en torno de los que giraba históricamente la promoción de la feria, pueden contarse esta vez con los dedos de una mano. O de dos, si se supone interesante la presencia de la best seller chilena Marcela Serrano, del presidente de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, o de la escritora china Wei Hui, autora de Shangai baby (un libro que enfureció a las autoridades de su país, que quemaron 40 mil ejemplares). El marco que rodeará a la Feria obliga a pensar que la sola concreción, de la edición es un logro. O una odisea, si se le pregunta a los organizadores que lograron recuperar hace poco 400 mil dólares destinados a pagar parte del alquiler del predio de la Rural, que habían quedado acorralados en una cuenta del Banco de Galicia. Para el presidente de la Fundación del Libro, Hugo Levín, la realización de la edición constituye en si “un acto de resistencia”.
Hay un punto inicial en que esta Feria retrocede respecto a la del año anterior: otra vez hay que pagar entrada. El gobierno porteño se excusó, por cuestiones obvias, de aportar los 500 mil dólares que en 2001 la organización destinó a cubrir el precio de las entradas, lo que permitió que el acceso fuese gratuito. Está claro, entonces, que concurrirá menos gente y volverán a la puerta y los alrededores de la Feria los agitadores que proponen una Contraferia. Además, habrá menos lanzamientos editoriales, una enorme cantidad de ofertas, muchísimo más público que pasea sin comprar y, por ende, un descenso importante de las cifras de ventas. En el mercado editorial se dice que las ventas hay caído casi un cuarenta por ciento en el primer trimestre del año con respecto al pasado. Hay industria editoriales completas que estarán ausente en esta feria, como la chilena, que considera que el mercado argentino es poco redituable. “La mayoría de las ferias del mundo duran dos semanas. La de Buenos Aires es larga y además a los participantes internacionales nos cobran en dólares cifras que nos parecen muy altas”, dijo María Isabel Morillo, la presidenta de la cámara que agrupa a los editores chilenos. La directora de la Feria argentina se enojó: “Esto es el abandono de un país hermano”, dijo. En cambio, habrá stands de Rusia, Japón. El Salvador y Panamá, entre otras curiosidades.
Otros datos significativos: el espacio destinado a la exposición de libros se reducirá drásticamente, habrá dos salas menos que el año pasado y la cantidad de actividades será menor. Tampoco se entregará el Premio de la Crítica al mejor libro argentino del año, dotado con cinco mil dólares ya que a la Fundación le pareció mejor destinar ese dinero a otros rubros. Tampoco se montará la carpa de exteriores en que solían realizarse diversas actividades y talleres, cuyo costo ascendía a treinta mildólares. El rincón infantil, entretanto, permanecerá en pie, pero gracias al aporte de un patrocinador. Eso sí: el 23 de abril habrá un maratón de lectura del Martín Fierro, porque esta edición parece obligada a ser bien argentina y gauchita. Participarán de la lectura un grupo importante de figuras, entre ellas Enrique Pinti, Valeria Lynch, China Zorrilla y el mismísimo Serrat.
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