CULTURA
› OSVALDO BAYER Y LA ETICA
Un historiador en tiempo presente
El escritor participó de un ciclo de charlas sobre investigación periodística.
“Hay cosas a las que un periodista se tiene que negar aunque ponga en juego su puesto de trabajo o tenga una familia numerosa. Porque si se pierde el respeto hacia uno mismo se cae en el infierno interior.” Así se expresó Osvaldo Bayer en una charla sobre investigación y ética periodística realizada en la Biblioteca Municipal Leopoldo Lugones de Capital, lugar donde pasaba “tardes enteras leyendo” cuando tenía sólo siete años.
Durante una hora y media el escritor, periodista, historiador y guionista iluminó retazos de la Argentina negada ante un auditorio juvenil. El encuentro tuvo como eje principal el rescate de los valores en la prensa, y se enmarca en un ciclo de conferencias auspiciado por la Dirección General del Libro y Promoción de la Lectura del Gobierno de la Ciudad y la Carrera de Periodismo de la Universidad del Salvador.
“El periodista es el historiador del presente. Pero hoy el ciudadano despojado de poder es cubierto por información que responde a intereses privados, y en consecuencia la verdad es falseada”, sostuvo el autor de La Patagonia Rebelde. En este sentido criticó al reciente decreto 527 dictado por el Ejecutivo nacional, que alarga por diez años los permisos de radiodifusión: “Lo de Radio 10 es un ejemplo vergonzante. Es nefasto haberle quitado esa frecuencia a una radio pública para darles aire por tanto tiempo a personas absolutamente racistas como el señor Oscar González Oro”.
Bayer explicó que en contraste con la lógica reinante en la mayoría de los medios favorecidos por la medida gubernamental, los verdaderos periodistas suman a sus convicciones ideológicas un compromiso férreo con la inteligencia. Así “arman el inmenso y complicadísimo rompecabezas de la investigación, en la cual nunca se debe perder la ética ni la dimensión humana”. Agregó que la narración veraz de los hechos “sólo puede ser llevada a cabo a través del sondeo detallado de los personajes y de sus ambientes e influencias”, y criticó la línea editorial de algunos diarios nacionales al referirse a la situación boliviana. “Hay que saber distinguir entre el bien y el mal, que finalmente no son otras cosas que los rebeldes y los guardianes del orden establecido.”
Desde este mismo enfoque, el santafesino nacido en 1927 recorrió su carrera rebosante de anécdotas, subrayando la importancia de recuperar las voces silenciadas por el discurso oficial: “Cuando comencé a investigar acerca de los fusilamientos de peones rurales del sur realizados entre 1920 y 1921, me encontré con un cosmos que reproducía rasgos que tiene la humanidad desde hace siglos”. Según el investigador, ahí estaban “el funcionario obediente, el político demagogo que trata de ganar tiempo sin brindar soluciones, el militar que cumple a rajatabla las órdenes, los rebeldes sensatos y aquellos que se extralimitan en sus sueños, los soldados que llegan al crimen por lotería del destino. Y es en ese maremágnum de pequeñas proporciones que el periodista debe reunir cada parte de la verdad que se intenta esconder”.
Como contribución a la defensa de todas esas voces silenciadas aseguró que se ha iniciado “una campaña muy seria para quitar el monumento al general Roca que se encuentra en Diagonal Sur y Perú”. Bayer relató que incluso “han sido invitados historiadores de otras tendencias, pero nadie se acercó a debatir. Y no hubo medio, salvo Página/12 y algunas revistas de celebridades –en las que mis palabras aparecen invariablemente al lado de la foto de alguna vedette– que se interesara en darle importancia a esta inquietud”. Más de setenta años después de haber entrado por primera vez a la Biblioteca Municipal Leopoldo Lugones, aquel chico de ojos azules –que vuelve cada vez que Osvaldo Bayer sonríe– sigue haciéndose presente, de tarde en tarde, para deslindar las mentiras y verdades del ovillo enmarañado que es la identidad argentina.
Informe: Facundo García.