El prestigioso cineasta italiano Alberto Lattuada, realizador de El bandido y Luci del varietà, codirigida con Federico Fellini, murió ayer a los 91 años en su casa de las afueras de Roma, después de casi medio siglo de haberse alejado de las cámaras. Sus funerales se celebrarán mañana en la Iglesia de los Artistas, en la Piazza del Popolo, en el corazón de la capital italiana. Lattuada tuvo un comienzo auspicioso en el cine de su país durante la década de 1940 en la que plasmó films como Pequeño mundo antiguo (1941, codirigida con Mario Soldati), con Alida Valli y Massimo Serato. También realizó El bandido (1946), con Amedeo Nazzari y Anna Magnani, Delito (1947), con Aldo Fabrizzi y Folco Lulli, Sin piedad (1948), con Carla del Poggio y Lulli, y El molino del Po (1948). Pero al llegar a Luci del varietà (1950), también protagonizada por la espectacular Del Poggio, su carrera comenzó a opacarse en tanto se iluminaba la de su joven codirector Federico Fellini. Nacido en Milán en 1914, Lattuada cursó estudios de arquitectura antes de dedicarse al cine, en el que debutó como director con el film Giacomo, l’idealista (1943). Tras la II Guerra Mundial, se unió al grupo de cineastas que fundaron el movimiento neorrealista: Vittorio De Sica, Roberto Rossellini, Luchino Visconti, el guionista Cesare Zavattini. Estas figuras eclipsaron su producción y Lattuada se vio compelido a rodar obras menores aunque en algunos casos de gran aceptación, como El mafioso (1962), con Alberto Sordi. En esa categoría se inscriben Anna (1952), con Silvana Mangano, La playa (1954), con Martine Carol, además del colectivo “Amor en la ciudad” (1953), codirigido por Fellini, Michelangelo Antonioni y otros. Caratulado durante años como descubridor de talentos y cuerpos femeninos, Lattuada rodó su última película en 1987, Una espina en el corazón.