CULTURA
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Apostillas
- Fueron muchos los que salieron moqueando después del homenaje a Ernesto Sábato, y por el especial clima generado dentro del teatro. Además de los pañuelos, en las escaleras y pasillos del teatro, llamaba la atención la cantidad de bolsitas de la edición popular de El Quijote que acarreaba la gente, a veces más de una por mano. Es que muchos lo eligieron como el regalo obligatorio para el regreso a casa después de cada viaje.
- Llegó el último día, pero llegó. Un entrepreneur rosarino se plantó a la salida del teatro con banderitas argentinas y del Congreso de la Lengua, a cinco pesos cada una, y no le fue nada mal. Entre las colas de gente para obtener su certificado de asistencia, los cazadores de autógrafos y los movileros que esperaban a la salida del teatro a las figuras, el tránsito se complicó y los trolebuses rosarinos –muy ecológicos, pero imposibilitados para el desvío– empezaron a amontonarse dos cuadras para atrás.
- Las ausencias de Abelardo Castillo, el mexicano Carlos Monsiváis y la poeta uruguaya Cristina Peri Rossi dejaron a la mesa Escritura literaria: la invención de la realidad al borde de perder su identidad. Elvio Gandolfo, Angélica Gorodischer y el portorriqueño Luis Rafael Sánchez se las arreglaron para salvar el encuentro.
- El escritor y fundador del diario El País de España, Juan Luis Cebrián, había abierto la polémica: “Tenemos que aspirar a que mexicanos, argentinos, bolivianos o chilenos ocupen cargos importantes en el Instituto Cervantes, porque la lengua es la verdadera patria de todos los que la hablamos”. El director del Cervantes, César Antonio Molina, aprovechó el discurso de clausura para recoger el guante con una promesa en potencial: “Dentro de poco podría haber directores hispanoamericanos de los centros del Instituto, como ya hay profesores, jefes de estudios, bibliotecarios y gestores culturales”. “Para nosotros no son extranjeros sino miembros del Instituto en igualdad de condiciones”, se preocupó por aclarar.
- José Saramago, finalmente, cerró el Congreso de LaS LenguaS en el centro Cultural La Toma. “Hay que tomar los dos congresos como complementarios. Es absurdo hablar de enfrentamientos y contracongresos cuando no hay ningún conflicto. Este es un congreso que trata sobre las lenguas indígenas y el otro, sobre la lengua española”, justificó Saramago su presencia en ambos encuentros.
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