Mié 29.12.2004

CULTURA • SUBNOTA

Opinion

LUISA VALENZUELA *
Un desafío constante

“Era una de las mentes más brillantes de este tiempo contemporáneo. Y yo lamento mucho que no tenga la más mínima posibilidad, como les ocurre a todos, de contarnos cómo fue la experiencia de la muerte: estoy segura que tendríamos una visión totalmente distinta, original y profunda, porque era una mujer que tenía un ojo excepcional para los temas más candentes de la vida. Además, una cosa que me gustaría que se destaque mucho es que ella siempre hacía hincapié en ser novelista. Ella era una excepcional y extraordinaria ensayista. Pero lo que le gustaba era que la consideraran una novelista. Su última novela, En América, había tenido una gran recepción, había recibido premios. Creo que es importante que la recuerden como novelista, que su enorme fama y capacidad de ensayista no opaque su novelística. Además, era un ser muy generoso con la gente que ella apreciaba intelectualm ente. Era muy estricta pero muy generosa. Muy estricta con el pensamiento, no quería perder el tiempo hablando o pensando pavadas. Pero, al mismo tiempo, cuando abría su intimidad era un ser muy tierno. También incursionó en el cine y en el teatro: recuerdo cuando fue a Sarajevo cuando e hizo Esperando a Godot. Además, tenía una voz extraordinaria. Muchas veces la usaron como una voz en off en otros films. La conocí en una marcha que se hizo por la aparición de Alaíde Foppa, una escritora guatemalteca que vivía en México y que en un momento dado la desaparecieron en Guatemala. Hubo una marcha frente a la embajada de Guatemala en Nueva York y ahí la conocí. Ella me presentó en el Instituto por las Humanidades de Nueva York del que formé parte. Así que nos veíamos mucho, todos los viernes en los almuerzos del Instituto mientras yo vivía en Nueva York. Era un desafío constante. Estar con Susan Sontag era estar motivado y desafiado intelectualmente y constantemente porque era un acicate para pensar. Su herencia son cada uno de sus libros. Contra la interpretación es un libro sobre la crítica literaria memorable, pero además las novelas... Yo recuerdo con mucha admiración esa novela de hace mucho tiempo que tuvo tanto éxito acá, Estuche de muerte. Y El amante del volcán.”
* Escritora.




GRACIELA GLIEMMO *
El rol del intelectual

“Susan Sontag es realmente lo que se considera una intelectual: además de lo brillante de su pensamiento, descolló en su escritura tanto ensayística como ficcional, porque fue una buena novelista, y esa combinación no siempre se da. A veces, la persona que viene de la crítica después no puede arribar al terreno de la ficción. Pero el caso de ella fue de un pensamiento tan claro, tan transparente... tuvo la facilidad que tuvieron pocos de poder transitar entre una escritura y otra. Pero además, si yo tengo que rescatar fundamentalmente algo de Susan Sontag es la libertad y la coherencia de su pensamiento. O sea, esta fuente constante generadora de opinión, incluso en situaciones y acontecimientos fudamentales como, por ejemplo, el último de la guerra de Irak: cómo el pensamiento de ella fue fundamental, ese pensamiento crítico. Digamos, el rol que debe cumplir un intelectual en una sociedad, que es estar constantemente generando polémica, generando opinión y señalando derroteros, caminos. Es una de las grandes pensadoras de nuestro tiempo y de nuestra escena contemporánea. Tuvo un comportamiento, una ética de vida, un compromiso político humano y un pensamiento de gran transparencia. Y esta cosa de que no hay que escribir raro ni difícil para poder decir cosas importantes. Su escritura es impecable. La he leído muchísimo y siento una admiración muy grande por ella. Me gustaron muchos los ensayos, la novela El amante del volcán me parece excelente, es una obra muy compacta que se sostiene en sutotalidad. Y además una cosa que me gustaba mucho eran las intervenciones que hacía con artículos de opinión muy puntuales y breves. Ese tipo de textos era de los que más me gustaban de ella, algunos aparecían en diarios de acá y de Estados Unidos. O, por ejemplo, cuando ella encabezaba cartas y solicitadas, ese tipo de texto breve y muy conciso que es muy difícil sostener.”
* Escritora y narradora.




GRACIELA SPERANZA *
Una lucidez arrolladora

“Con la muerte de Susan Sontag se pierde una figura de artista e intelectual difícil de reemplazar, capaz de conciliar como nadie el legado de la cultura europea con la irreverencia norteamericana, capaz, sobre todo, de combinar ‘la atención al mundo sensible con la respuesta a los imperativos de la conciencia’, para usar sus propias palabras. Cuesta pensar en la muerte. Con una vitalidad y una lucidez arrolladoras, Sontag pasó del ensayo a la ficción, de la literatura al cine, la fotografía o el teatro, como si en la tensión entre imaginación y razón, entre palabra e imagen, buscara un territorio más libre, ajeno a los límites convencionales. El arte o el pensamiento, sin embargo, nunca consiguieron alejarla del sufrimiento del mundo. Basta leer su último libro, Ante el dolor de los demás. Movida por la violencia y los genocidios de las últimas décadas, vuelve a sus célebres argumentos sobre la fotografía, los rectifica y nos deja una advertencia: ‘Dejemos que las imágenes de la atrocidad nos habiten. Esas imágenes dicen: esto es lo que los seres humanos son capaces de hacer, lo que hacen incluso por propia voluntad, con entusiasmo y determinación. No lo olvidemos’. Sus viajes frecuentes a Vietnam, Camboya, o Sarajevo, califican, sin decirlo, el argumento. De mi único encuentro con Susan Sontag me queda el registro de una conversación generosa convertida en entrevista y la imagen intraducible de la pasión intelectual –la felicidad del conocimiento y la experiencia del arte– corporizada hasta en los más mínimos gestos. Hacia el final de la entrevista Sontag hizo una defensa encendida de la literatura que quizás, interesadamente, sea mi mejor recuerdo: ‘En medio de los lenguajes degradados de los medios masivos, las burocracias y las jergas técnicas, ¿que sería de nosotros si no existiera esta especie de antídoto, de contraejemplo de cómo sentir y pensar? La literatura amplía el mundo. Yo no sería la misma si no hubiese leído a Dostoievsky. La literatura es una educación del corazón y la mente’.”
* Escritora y crítica literaria.




TOMÁS ABRAHAM *
Un espíritu combativo

“Fue una mujer lúcida, valiente, interesante. Aunque hasta ahora no pude meterme mucho en sus textos, salvo algunos artículos sueltos, me da mucha pena su muerte. Creo que como más me interesa es como ensayista política. Cuando yo tenía una revista que se llamaba La caja hice traducir y publiqué una nota de ella sobre el estreno y la dirección de una obra de teatro en Sarajevo después de la guerra de Bosnia, de cómo se hizo ese estreno y se preparó una obra de teatro en plena guerra. Era un artículo muy bueno. Esas actitudes, como las que tuvo durante la guerra en Irak ahora, en el aislamiento junto con otros pocos que emitieron una opinión contraria a la mayoría, me hablan de un espíritu muy combativo, muy lúcido. Este es el aspecto suyo que más me interesa.”

* Filósofo y escritor.

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