CULTURA
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Un Luis y el otro Luis
La última vez que Luis Alberto Spinetta tocó en el Teatro Coliseo, Luis Salinas se sentó a verlo como uno más. La idea era pasar inadvertido, pero no le salió. Cuando el Flaco lo vio, ya para los bises, dijo desde el escenario: “Ah no, estando vos acá yo no puedo seguir tocando”. Ahora, Salinas cuenta: “Me dio una vergüenza tremenda, me superó la emoción; después fui al camarín y le agradecí por lo que representa, por lo bien que les hace a los chicos que siga tocando. Fue algo fuerte para mí, porque yo no vengo del rock. Pienso que los elogios de los grandes no son para que te creas nada, sino para motivarte. Nos conocimos hace unos cinco años, cuando estaba por nacer mi hijo Juan. El vino a verme en el Bauen. Recuerdo que me gritaba ‘sos un manantial’ y cosas por el estilo. Después lo vi cuando grabé en el disco de su hijo; en ese momento le dije que yo había ensuciado mucho lo que Dante cantaba y él respondió ‘ensuciá el baño, ensuciá todo si querés’. Para mí, Spinetta es único a nivel mundial. Es único en su forma de armonizar, de cantar y de componer: es el único Luis que hay en Argentina”.
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