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› EL CAMPEON REMONTO UN COMBATE DIFICILISIMO ANTE VICTOR POLO
Chacón supo defender lo que es suyo
Tras caer en el cuarto round y vérselas feas, Pablo Chacón retuvo su título pluma de la OMB apelando tanto a su capacidad técnica como a la entereza anímica. Derribó al colombiano en el noveno y terminó ganando ajustadamente en fallo dividido.
Por Daniel Guiñazú
Sólo fue posible liberar la tensión y respirar hondo después de que los tres jurados ingleses dictaminaron en fallo dividido que Pablo Chacón había ganado y retenido por segunda vez su título mundial de los plumas de la OMB. La pelea sobre el ring del York Hall de Bethnal Green, en Londres, fue todo lo dura y el zurdo colombiano Víctor Polo, todo lo complicado que era previsible en la previa. Tuvo que sufrir el mendocino para terminar con los brazos en alto. Cayó en el cuarto round y del quinto al final sangró copiosamente de una herida debajo de la ceja derecha. Más que su calidad, para seguir siendo campeón, Chacón debió ofrecer su corazón. Y aún así no le sobró nada.
Al término de la quinta vuelta, la corona se caía de la cabeza del mendocino. Polo (56,698 kg.) manejaba la distancia con su jab de derecha y la velocidad y plasticidad de sus piernas le posibilitaba estar lo suficientemente cerca de Chacón como para pegarle y lo suficientemente lejos como para que Chacón (56,925 kg.) no le pegue. El colombiano tenía 8 centímetros de estatura a su favor (1,70 m contra 1,62 m). Y sabía cómo hacerlos valer a partir de un planteo especulativo pero efectivo. En cambio, Chacón no encontraba la forma de hacer cintura y arrimarse para imponer la pelea en la medida corta. Lo consiguió una vez, en el segundo asalto, y conectó dos izquierdas impecables, una en uppercut y otra cruzada, que le movieron el piso a Polo. Antes y después, le fue imposible.
En el cuarto, el colombiano sentó a Chacón en la lona con un directo de derecha y en el quinto, le partió una ceja con una zurda ascendente que pescó justo al mendocino. Sin embargo, Polo no pudo afirmar la tendencia que a ese paso, lo llevaba directo al título. Y un dato lo demuestra: del sexto en adelante, no ganó un round más. Carcomidas por los ganchos de tanto en tanto, Chacón le clavaba en los planos bajos, sus piernas ya no estuvieron tan ágiles como para circular por el ring. Y sus manos, antes activas, fueron perdiendo vigor y profundidad. El mendocino lo advirtió. Y, mojado por la sangre que le bañaba el rostro por primera vez en su carrera, empezó correrlo y a llevárselo por delante. Sin las piernas ágiles ni la cintura flexible de sus noches más inspiradas. Pero con el temperamento del campeón, tienen algo más que el título.
En el 7º, Chacón aplicó dos buenos cross de izquierda. En el 8º, sostuvo los cruces con más fuerza y vigor. Y en el 9º, coló un gancho de zurda al hígado que mandó a Polo a la lona (después, una repetición de la TV probó que en su retroceso, el colombiano se enredó con una toalla que asomaba en el rincón de Chacón). El título que se le escapaba al mendocino, ahora estaba al alcance de sus puños. Y en los dos rounds finales lo aseguró pegando más y mejor ante un boxeador como Polo que, en el momento clave de la pelea, se quedó sin respuestas. Físicas y de las otras.
Hubo un presagio de injusticia cuando se conoció que el jurado Paul Thomas había dado 114 a 113 para el colombiano. Pero las tarjetas de Dave Parris y Roy Francis que vieron ganador a Chacón por 115-112 y 114-113 respectivamente, pusieron las cosas donde debían estar. Ganó Chacón y con lo justo, sigue siendo el único campeón mundial que le queda al boxeo argentino. No puso lo mejor para celebrar esta victoria. Puso todo. Y en peleas como las de ayer, en las que sólo parece posible sufrir, eso vale más que cualquier otra consideración.