En sintonía con la tendencia oficial de desvincular los episodios de violencia con el fútbol, el gobierno nacional, por boca del subsecretario de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos (Subsef), Javier Castrilli, anunció que no habrá sanciones a Boca por los incidentes registrados el domingo cuando dos facciones de la barra brava se enfrentaron en una batalla campal por el control de la interna. El presidente de Boca, Pedro Pompilio, reclamó asistencia del Estado para luchar contra la violencia y afirmó que “cuando se promulgue la ley de derecho de admisión a los estadios” el club la aplicará “de inmediato”. Ayer fueron liberados 181 de los 183 detenidos y un grupo de socios recordó que ya dos años atrás la interna de la barra de Boca se dirimió a los tiros en las instalaciones del club. La policía indagó ayer al único herido en los episodios y también lo dejó en libertad.

“De ninguna manera habrá sanciones. Cuando los hechos ocurren en un desplazamiento las instituciones no tienen nada que ver. Esto ocurrió en la vía pública”, sostuvo el ex árbitro Castrilli, que en su momento había hecho del descuento de puntos una bandera de lucha contra la violencia en las canchas.

“En Boca nadie es experto en seguridad como para ponernos al frente en un tema tan delicado, sobre todo tratando con esta gente que son generalmente violentos en su mayoría –afirmó ayer el presidente Pompilio–. Dentro de lo que podemos tratamos de preservar el orden y la vida cotidiana del club, pero poco es lo que podemos hacer y es importante el aporte del Estado nacional para terminar de una vez por todas”, sostuvo. “Tiene que haber una fuerte decisión del Estado de colaborar con los clubes.”

Raúl Sánchez, el único herido en la batahola, fue indagado por la policía y también quedó en libertad. El director del hospital, Donato Spacavento, reveló que una tomografía determinó una fractura en la cara que podría afectar un ojo. De no haber complicaciones, Sánchez sería dado hoy de alta. Al mediodía sólo quedaban dos menores bajo custodia, que al no haber sido retirados por los padres fueron derivados a un instituto de menores.

En marzo de 2006, un grupo de socios vitalicios de Boca elevó una nota al presidente del club, Mauricio Macri, denunciando un episodio de violencia dentro del club con “intercambio de disparos, corridas y un momento de pánico”. Según la nota, que cita la agencia Télam, “las instalaciones estaban siendo utilizadas por lo que denominaríamos ‘socios caracterizados’, desde el privilegio que se les confiere (...). Se hizo presente un grupo de personas, produciéndose un intercambio de disparos entre los que se encontraban dentro de las instalaciones y los recién llegados, provocando corridas y un momento de pánico, alterando lo que debía ser una tarde de esparcimiento”, indica.