Boca no jugará esta noche la Copa Libertadores. Tampoco tiene un partido por el torneo local; ni siquiera un amistoso. Pero se jugará su salud institucional en una asamblea de representantes, donde se decidirá la fecha de las próximas elecciones y si los candidatos irán a ellas con la condición de presentar avales por el 10 por ciento del patrimonio neto, un porcentaje menor o ningún requisito. Esta obligación que marca el estatuto del club resultó determinante para que no se realizaran comicios desde diciembre de 1999. Y ahora, con un escenario político más atomizado por las diferencias en el oficialismo entre Mauricio Macri y Pedro Pompilio, todo indica que los cuestionados avales serán reducidos.

La asamblea está citada para hoy a las 20 en la Bombonera, pueden participar en ella 210 representantes y cualquier medida que adopten debe contar con el respaldo de dos tercios de los presentes. Partidarios del ingeniero y del actual presidente en ejercicio se reparten todos sus miembros y al tener mayoría absoluta la oposición ni siquiera es un convidado de piedra.

Los hombres de Macri y Pompilio habrían consensuado que los avales se reduzcan al 5 por ciento del patrimonio neto y que los candidatos a cargos electivos puedan cumplir ese requisito con un seguro de caución, una hipoteca o una prenda sobre un automóvil. De ese modo, caerían las garantías bancarias que hasta ahora debían ofrecer los aspirantes a integrar la comisión directiva. La otra cuestión clave que definirá la asamblea es la fecha de las elecciones que, en principio, el oficialismo pretende convocar para el 18 de mayo.

Desde la oposición que lideran Roberto Digón y Pablo Abbatángelo –hasta ahora la fórmula que presentaría lucha al binomio Pompilio-Amor Ameal– se sostiene que es imposible realizar los comicios antes del 1º de junio. Como fuere, las listas no están cerradas y es entre los oficialistas donde recrudecieron las diferencias que parecían saldadas después de que la Inspección General de Justicia (IGJ) consideró irregulares los avales de la conducción ungida en diciembre pasado.

El rumor de que Macri especularía con la caída de la candidatura de Pompilio –impugnada ante un juez civil por el socio y abogado Andrés Gil Domínguez– propagó la idea de que el ingeniero está armando una lista propia de incondicionales que llevaría en sus puestos más altos a Orlando Salvestrini, del grupo Socma, y al empresario Oscar Vicente.

En la oposición habría acuerdo para la integración de la fórmula Digón-Abbatángelo y sus expectativas crecen cuando se señala a Carlos Bianchi como el futuro manager general del club. “Estaría fascinado con cumplir esa función”, lo describen al técnico en este sector. Lo curioso es que Mauro Bianchi, su hijo, se acercó mucho a la actual comisión directiva desde que asumió Carlos Ischia como entrenador. Incluso, transformado en incipiente empresario futbolístico, acercó futbolistas al plantel como Lucas Castromán.

Desde que se instituyeron los avales, en Boca no hubo elecciones en las fechas que se habían fijado para ello: diciembre de 2003 y 2007. Macri ganó las primeras con garantías semejantes a las que presentó Pompilio a fines del año pasado. El primero atravesó todos los filtros jurídicos y gobernó sus últimos cuatro años sin ser molestado. A su sucesor, en cambio, la presidencia le duró muy poco. Apenas un tramo del último verano.