El británico Max Mosley protagonizó una impactante “resurrección” al ganar un voto de confianza para mantenerse al frente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), pese al escándalo sexual que desgasta su imagen desde hace dos meses. Mosley seguirá hasta octubre de 2009, cuando termina su mandato, gracias a 103 votos a favor, 55 en contra, siete abstenciones y cuatro sufragios nulos. La decisión tendrá consecuencias en el ente rector del automovilismo mundial, en el que ya se observan divisiones. El Automóvil Club alemán (ADAC), el de mayor envergadura de Europa, anunció instantes después de conocerse el resultado que suspende “todo tipo de colaboración y participación en cargos de la FIA” mientras Mosley permanezca como presidente. “Sólo espero que la Fórmula 1 no sufra daños con esta decisión”, dijo Bernie Ecclestone. “Mosley estuvo sereno, impasible”, destacó Enrico Gelpi, del Automóvil Club de Italia.