Sin la Copa Libertadores, sin Ramón Díaz, sin saber si continuará Andrés D’Alessandro (el más cotizado del plantel), sin un balance económico que genere certezas por la disparidad en las cifras que se manejan, sin jugadores propios que tengan gran valor en el mercado, y sin saber cuál será la política de los empresarios que controlan el fútbol profesional, San Lorenzo camina haciendo equilibrio por una cuerda finita.

La Subcomisión del Hincha, uno de esos espacios colectivos que surgieron en los clubes cuando los socios tomaron conciencia de sus derechos, dio a conocer un informe que alerta sobre la delicada situación económica. Aunque tiene alguna inexactitud (la cifra del último balance, por ejemplo), en líneas generales detalla situaciones preocupantes para el futuro del club. Una señala que San Lorenzo no terminó de pagar la convocatoria de acreedores, por lo que se expone ante “cualquier deuda exigible, por poco significativa que fuera, al pedido de quiebra”, aducen los integrantes de la Subcomisión con la que colabora, entre otros, el ex árbitro Ricardo Calabria.

Para este grupo, el pasivo actualizado rondaría los 80 millones de pesos, ya que calcula 60 millones de deuda en el último balance y unos 20 millones más de déficit operativo mensual acumulado. En cambio, según se desprende del ejercicio cerrado al 30 de junio de 2007, el oficialismo acusó 49 millones de deuda. Por eso, la Subcomisión del Hincha desafía al tesorero Claudio Di Meglio, un empresario del mundo de las finanzas, a que “desmienta” sus propios números y a que informe “cuál es el programa que se tiene para afrontar los compromisos”.

Tan equidistante de este grupo como del oficialismo, Marcelo Vázquez, uno de los gestores del proyecto de Reparación Histórica que le permitió al club recuperar un 13 por ciento (4501 metros cuadrados) de los terrenos del Viejo Gasómetro, advierte: “San Lorenzo tiene una falta de orden de todo tipo y una dependencia más que manifiesta de los grupos económicos. Hace falta transparentar estos vínculos, porque en la institución hay un poder aparente que es el del presidente Savino y uno real que pasa por otro lado”.

El sueño no concretado de la Copa Libertadores en el año del centenario y el alejamiento de Díaz hicieron surgir nuevas sospechas sobre los presuntos beneficios que le dan al club las inversiones de Marcelo Tinelli, Carlos Abdo y Gustavo Ranucci, los tres empresarios que aportaron dinero para formar un plantel con aspiraciones de ganar el título que se le niega a San Lorenzo desde 1960. Un hecho confirma la preocupación: si se concretaran las transferencias de D’Alessandro o Bergessio a cualquier club del país o del exterior, al club no ingresaría un peso.

Quienes suelen mirar con lupa los números, recuerdan el caso de Gastón “La Gata” Fernández, adquirido por los empresarios Abdo y José Vital (un allegado al conductor televisivo). Entre ambos tenían el 63,63 por ciento del pase –unos 700 mil dólares– y el club apenas el 36,37 restante en 400 mil. San Lorenzo invirtió en el jugador, además, 60 mil dólares de comisión, 272.224 en concepto de prima y 44.444 en sueldos, que en una temporada redondearon 865.552 dólares.

Cuando Fernández fue transferido al Tigres de Monterrey, a San Lorenzo le quedó una ganancia que no superó los 5 mil dólares. La Gata había sido el goleador del equipo campeón en el torneo Clausura 2007. A eso, los hinchas movilizados lo llaman descapitalización. Y ahora temen que ocurra lo mismo si emigran los jugadores que llegaron para ganar la Copa y cuyos pases son de cualquiera menos de San Lorenzo.