Un vuelo rasante sobre las condiciones en que San Lorenzo tiene contratados a sus jugadores arroja datos poco alentadores para el club. Son un puñado los que tienen un valor de venta que les permitiría a los dirigentes hacerse de un dinero importante para reforzar al plantel. Lo que, por otra parte, genera la tentación de caer en los brazos de empresarios dispuestos a sacar su tajada.

Agustín Orion y Andrés Silvera son los dos titulares cuyos pases le pertenecen en un ciento por ciento a la institución. Pero en el caso del arquero su cotización no sería la misma ahora que cuando el Napoli de Italia lo quiso adquirir, y el delantero tiene una edad (31 años) que le da escaso poder de reventa.

También le pertenecen a San Lorenzo –pero sólo por el 50 por ciento– Jonathan Bottinelli (la otra mitad de su ficha es de Gustavo Ranucci, el empresario vinculado con la industria de los juegos de azar), el paraguayo Aureliano Torres y Juan Carlos Menseguez.

Del zaguero Gastón Aguirre el club apenas tiene el 30 por ciento y la mayoría de los futbolistas están a préstamo (Andrés D’Alessandro, Gonzalo Bergessio, Sebastián Méndez, Diego Placente, Juan Manuel Torres y Daniel Bilos).

Santiago Hirsig, Adrián González, Cristian Tula y Bernardo Romeo son todos de San Lorenzo –en un ciento por ciento–, pero tienen escasas posibilidades de ser vendidos por sumas considerables. Ya no hay en el plantel jugadores propios de las condiciones de Leandro Romagnoli, Pablo Zabaleta o Gonzalo Rodríguez.