La lucha de los organizadores de las competencias olímpicas de vela contra las algas se está convirtiendo en angustiosa por la premura del tiempo y la dificultad añadida por la niebla. En las dos últimas semanas, 130 mil soldados y voluntarios participaron en las operaciones de limpieza en la bahía de Fushan. A 31 días de la primera regata, la acción se está viendo paralizada además por la persistente niebla.

Carlos Espínola y Santiago Lange, las principales figuras de la vela argentina en los Juegos, indicaron la semana pasada antes de partir rumbo a China la seriedad del problema de la contaminación de las aguas en las que iban a competir... pero no dijeron nada del inesperado problema.

En días pasados, los organizadores comenzaron a construir una barrera de una longitud total de 32 kilómetros para proteger la zona de competencia, que comenzará a ser utilizada el 9 de agosto, de una nueva invasión de algas. Debido a la espesa niebla, con una visibilidad inferior a los 20 metros, los trabajos tuvieron que interrumpirse durante algún tiempo. En la operación participan unos 100 barcos.

El gobierno chino desea que la zona esté limpia a más tardar la próxima semana, a fin de que los deportistas como Espínola o Lange puedan ultimar los entrenamientos en condiciones aceptables. El ex campeón mundial Euan McNicol, entrenador del equipo australiano, comentó en Qingdao, sede de la competencia: “Hasta ahora no había visto una zona de competición tan sucia como ésta”.