Principio de acción y reacción. A partir de los pedidos de los casos de Sebastián Nayar, Oscar Ahumada y Martín Bravo, la dirigencia del fútbol argentino tomó nota del conflicto y sus consecuencias a futuro, por lo que están buscando en diferentes frentes una estrategia que minimice los efectos que supondría un éxodo de futbolistas.

Hacia el exterior, la cabeza visible es Julio Grondona. El presidente de la AFA confirmó que se comunicó con el titular de la FIFA, Joseph Blatter, para pedirle que no habilite a ningún futbolista que se vaya sin el consentimiento de su club. Esa medida no es más que un paliativo para ganar tiempo, ya que tras las apelaciones y los pedidos extraordinarios, el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) hasta ahora siempre se expidió en favor de los jugadores. Sin embargo, tener a un futbolista en conflicto y varios meses inactivo puede desalentar a otros equipos a iniciar la misma práctica.

La segunda parte tiene que ver con una nueva relación contractual. Está claro que los clubes argentinos no pueden firmar contratos de larga duración con juveniles o jugadores con proyección. Pero tampoco pueden darse el lujo de perderlos como, tal vez, ocurra con Nayar. Entonces, junto con Agremiados, se estudia la posibilidad de modificar el actual Convenio Colectivo de Trabajo para aggiornarlo, tal como señaló Grondona el miércoles. El proyecto busca proteger el patrimonio de los clubes con los jugadores menores de 23 años.

De esta manera, la idea que están estudiando los abogados de la AFA es que hasta los 23 siga el régimen actual, algo que Agremiados no ve con malos ojos, teniendo en cuenta que un jugador que firma su primer contrato tiene otros dos automáticos de prórroga por el 20 por ciento. Y luego de esa edad ya no entraría en vigencia esa legislación, ni ningún tipo de prórroga unilateral. La edad no es caprichosa: es cuando la FIFA considera que se acaba el proceso de formación de un jugador, un proceso por el cual se le reconocen derechos al club formador.

De acuerdo con la modificación al convenio que está estudiando una comisión (en la que figuran desde el presidente de Lanús, Alejandro Marón, hasta el abogado de AFA, Hugo Pazos, y el secretario general de Agremiados, Sergio Marchi), cuando se le termina el contrato, el futbolista se quedaría con el pase en su poder. “Cuando tienen 25, que hagan lo que quieran”, graficó Grondona. Lo concreto es que el martes, tras la reunión de los dirigentes, se entregará un panorama más completo sobre la normativa que se viene para contrarrestar el problema.

Pero mientras se llevan a cabo esas maniobras, la palabra también funciona como herramienta para operar. Y, en ese sentido, el presidente de River, José María Aguilar, se transformó en el abanderado de la defensa de los clubes. “Los jugadores tienen que entender que los protagonistas son los clubes –dijo ayer en declaraciones radiales–. Esta es una solución sólo para los primeros 20, no hay lugar para todos en Europa.” Aguilar no criticó a los representantes, como sí había hecho Grondona un día antes.