A diferencia de lo que le pasó en sus primeras dos presentaciones de la gira previa a los Juegos Olímpicos, donde deberá defender la medalla de oro, el seleccionado argentino de básquetbol se quedó sin fuerzas en el último tramo del partido disputado ayer frente a la poderosa España y obtuvo su tercera derrota consecutiva al caer por 87-62. Esta fue la segunda caída del conjunto que dirige Sergio Hernández ante el equipo campeón del mundo, que ya lo había derrotado el último martes por 90-88, y con la victoria de ayer se adjudicó el triangular de la ciudad de Orense.

La nueva derrota consecutiva del equipo argentino vuelve a sembrar dudas sobre el futuro del equipo nacional de cara a lo que será su producción en los próximos Juegos de Beijing, donde buscará repetir el primer puesto obtenido en Atenas 2004.

Si bien en su primer juego ante España cayó por un marcador ajustado, tras un muy mal arranque de partido, y frente a Lituania cayó sin atenuantes por 94-75 en un juego realmente para el olvido, en el que llegó a estar 33 puntos abajo, la derrota de ayer se caracterizó por un buen comienzo del conjunto nacional pero un final repleto de errores y faltas, sobre todo en el último cuarto.

Argentina salió a la cancha sin Ginóbili y dominó hasta que España, fuerte en la zona pintada, volvió a mostrar su estatura de equipo para llevarse el primer cuarto 21-16. En el segundo cuarto, de la mano de Ricky Rubio, que se cansó de ganarle pelotas a Porta, España volvió a marcar diferencia y pese al esfuerzo de Quinteros y Delfino por descontar, terminó la primera mitad con una diferencia 44-35.

La esperanza del equipo de Hernández estaba puesta a la reacción del equipo en la segunda mitad, tal como había ocurrido en los amistosos previos. Pero España aprovechó las faltas del equipo visitante y desde la línea de libres volvió a ampliar su diferencia a pesar del ingreso de Ginóbili. Fallaban en el pick and roll Prigioni y Scola, y Argentina conseguía sumar con los aciertos de Delfino (con 15 puntos fue el goleador del equipo) que, sumados al aporte del ingreso de Ginóbili, apenas alcanzaban para mantener altas las expectativas (al menos cuando el equipo argentino se puso a 5 puntos 52-47) en un parcial que concluyó 62-55.

El horror llegó en el último cuarto, cuando los jugadores argentinos, molestos por el mediocre arbitraje de los jueces españoles Pérez, Cortez y Soto, perdieron la paciencia y comenzaron a llenarse de faltas; una técnica de Prigioni le dio la posibilidad a Calderón de anotar 4 puntos desde la línea y estirar la ventaja a 71-56.

Para colmo, el equipo de Hernández no encontraba el aro y apenas logró sumar 7 puntos desde la línea de libres. Nada frente a los triples de Navarro y Bernie Rodríguez, dos cada uno, que España consiguió con cierta facilidad para darle a la selección argentina la última estocada.

A sólo 14 días del debut en los Juegos frente a Lituania, Oveja Hernández deberá seguir ajustando detalles y esperar que tanto Ginóbili como Delfino y Oberto agarren más ritmo de competencia. Para ello servirán los encuentros amistosos por el torneo Diamond Ball ante Irán (cuarto rival en los Juegos) y Serbia.