San Lorenzo y Racing Club volverán a verse frente a frente esta noche, en el partido de ida por los cuartos de final de la Copa Sudamericana, en el Nuevo Gasómetro, apenas cuatro días después de haberse enfrentado por el Apertura en Avellaneda. Se reeditará el clásico del sábado (empataron 11), pero por una copa que cobró interés para ambos dada la distancia de ambos respecto de la punta en el Apertura: San Lorenzo está a 7 puntos del líder Independiente y Racing a 11 –aunque el equipo de Ardiles deberá completar el 16 de este mes un encuentro frente a Nueva Chicago–, por lo que la Copa Sudamericana aparece como una alternativa válida para no terminar el 2002 sin festejos. Racing –en actuaciones que le sirvieron para levantarse tras una racha negativa– viene de eliminar a River con una victoria de local y el empate en el Monumental, mientras que San Lorenzo vapuleó al inexperto Monagas venezolano con goleadas de ida y vuelta.
Y claro que el aspecto económico no puede quedar de lado frente a la crisis que atraviesa la Argentina, al asegurársele al equipo que supere esta instancia 150 mil dólares. Por todo eso, tanto Rubén Insua como Ardiles están decididos a afrontar el Apertura y la Copa con similar atención, al menos por ahora. En San Lorenzo se producirá el cambio obligado por la lesión del central Devaca; Leandro Alvarez o Gonzalo Rodríguez entrarían en su lugar. Rodrigo Astudillo (Cordone iría al banco) tendría la chance de conservar la titularidad en la ofensiva.
En Racing, Ardiles decidió el regreso de Maxi Estévez, asiduo verdugo del Ciclón, en lugar de Nicolás Pavlovich, con fatiga muscular. Además, Julián Maidana y Rivarola estarán en el fondo de salida. Pero Ardiles no sólo piensa en el clásico de hoy en el Bajo Flores y ya fijó su postura respecto del escenario de la revancha: “Para nosotros es muy importante jugar el desquite en Racing”, dijo. Es decir, que no piensa aceptar la oferta de jugar en Salta.