La primera curiosidad del partido consistió en la presencia del internacional Horacio Elizondo –protagonista de un episodio policial el viernes– arbitrando el encuentro: un ejemplo de profesionalismo bien entendido. La última sorpresa de la noche en el Bosque fue el gol bahiense del apenas ingresado Novarese. Así, el equipo del peculiar Ramacciotti se quedó con dos puntos menos de los que “no se pueden perder” –había sacado ventajas Turienzo– y sigue pensando en hallar consuelo en la Copa Sudamericana que lo espera en las alturas de La Paz. Para Olimpo, la satisfacción de un empate por el que trabajó como siempre.