Racing dio un nuevo paso hacia atrás. Empató sin goles como local ante Gimnasia de Jujuy, un rival directo en la pelea por el descenso, y volvió a jugar muy mal. Así, por primera vez en mucho tiempo, recibió abucheos y silbidos de su gente y perdió una gran chance de cumplir con el objetivo de llegar a los 25 puntos que se había propuesto a mitad de año. En cambio, con este resultado, los jujeños obtuvieron un mayor rédito, porque por primera vez en el torneo sumaron en condición de visitante.

En los primeros minutos, Racing hizo ilusionar a sus hinchas. Porque en la jugada inicial del partido, apenas pasados 50 segundos del inicio, Leandro González recibió un pase de Franco Zuculini y sacó un violento derechazo que desvió Pezzutti. Pero después la ilusión se esfumó, al igual que el volumen de juego de Racing, que volvió a ser un equipo chato, sin rumbo, que sólo mostró algunos chispazos de Maximiliano Moralez, que marcaban la diferencia.

El planteo de Gimnasia lo complicó. Con Gómez y Luna como abanderados del equipo, los jujeños lastimaron cada vez que avanzaron por la banda derecha. Sin embargo no tuvieron profundidad en el arco contrario debido a que Calandria solo, arriba, pudo hacer poco y nada. Por eso, recién a los 40 minutos los visitantes tuvieron su oportunidad más clara, cuando Busse sacó un potente zurdazo, que se fue por arriba del travesaño.

Para el segundo tiempo, de arranque, el técnico de Racing mandó a la cancha a Prichoda y a Caballero, pero nada cambió. Al contrario. En los diez minutos iniciales los jujeños tuvieron dos chances claras de gol, pero Luna primero y Calandria después fallaron en la definición.

No obstante, Gimnasia no hizo mucho más. Tuvo la pelota al menos hasta los 80 minutos, pero insinuó más de lo que concretó. A los 75, otra vez Calandria tuvo la posibilidad de cambiar la historia del encuentro pero cabeceó mal desde una posición inmejorable. La pelota dio en la base del palo y luego Arraya quedó adelantado en el rebote.

En los últimos minutos llegó lo mejor del partido, porque tuvieron la victoria los jujeños, que en cada contra encontraban mal parado a Racing, y los locales también generaban peligro. Pero ahí apareció una de las figuras de la cancha, el arquero Pezzuti. Así, ninguno de los dos supo cómo quebrar el cero y por eso terminaron empatados en Avellaneda, con Racing lamentando el punto y Gimnasia festejándolo.