Semejante goleada como la que sufrió River tenía que provocar secuelas. Y aunque el entrenador Néstor Gorosito haya apuntado que las dos derrotas ante Boca durante el verano le dolieron más que esta catarata de goles que desató san Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, habrá quienes paguen las consecuencias. El técnico criticó a Diego Buonanotte, le pegó por elevación a Cristian Fabbiani y tomó una decisión drástica, aunque la sugirió antes que hacerla oficial: borró al arquero Juan Ojeda para el partido del jueves por la Copa Libertadores, en Perú, haciéndolo de alguna manera responsable de la derrota. De esa manera, Mariano Barbosa, el ex arquero de Banfield y el Villarreal, hará su debut en River.

“Que juegue Barbosa es una posibilidad”, deslizó ayer el entrenador, dejando en claro que no tendrá en cuenta a Ojeda para el partido contra Universidad San Martín de Porres en Lima. Hasta antes del partido con San Lorenzo, el acuerdo que habían alcanzado respetaba a Ojeda como titular, mientras los otros dos arqueros del plantel, Barbosa y Daniel Vega, se alternarían cada dos partidos en el banco de suplentes de Primera y en la reserva. Esa idea explotó con la goleada consumada.

Gorosito había hablado el domingo de “un partido raro” y ayer profundizó el concepto, pero sin olvidarse de sus jugadores. No ocultó su molestia con Diego Buonanotte, el 10 de River, al que cambió por Marcelo Gallardo minutos después de que el joven volante fuera amonestado en el segundo tiempo tras una fuerte falta sobre Santana. “Cuando uno saca a un jugador, siempre lo saca en beneficio grupal. Es lógico que no le va a gustar. Pero no es bueno que haga gestos, no corresponde”, sentenció el técnico.

Tampoco se olvidó de quien se había transformado en ídolo riverplatense en las últimas tres victorias del equipo, Cristian Fabbiani. El ex jugador de Newell’s no podrá ilusionar a los hinchas en el partido a jugarse en Lima: Gorosito prefiere no llevarlo para que se someta a un plan decidido para perder peso.

“Lo mejor es que se prepare bien para Arsenal –señaló el técnico–. Tiene mucho sobrepeso y tiene que bajarlo. Si está bien, puede ser muy importante para nosotros. Debe llegar a 97 kilos”, advirtió. Ese sobrepeso no le había impedido a Fabbiani, hasta ahora, ir al banco para ser incluido en el equipo en la última media hora del partido. Así fue decisivo, por ejemplo, para dar vuelta el resultado en Rosario contra Central. Pero el domingo ingresó cuando River ya perdía 4-1 y poco pudo hacer para cambiar el espíritu del equipo; para colmo, se hizo amonestar a poco de ingresado.

“Me dolieron más las derrotas con Boca en el verano que la de ayer”, señaló el técnico. “Perdiendo 2-0 enseguida, una cosa que no es normal ni a favor ni en contra, hizo que corriéramos más riesgos de lo que corresponde. Es una cuestión lógica”, insistió para explicar lo abultado del resultado. Pero, por su cuenta, también encontró otra explicación. Y le pasó la factura al arquero.