El equipo argentino de Copa Davis comienza hoy un nuevo camino hacia la Ensaladera de Plata. Modesto “Tito” Vázquez, el flamante capitán, que arrancará su segundo ciclo (ya condujo entre 1986 y 1988), presenta en esta oportunidad un equipo diezmado, si se tienen en cuenta las notorias ausencias, pero pleno de energía y entusiasmo renovado por la convocatoria.

A juzgar por los antecedentes de los tenistas que disputarán la serie entre Argentina y Holanda, no debiera existir otro resultado que una victoria contundente del equipo nacional. Sin embargo, la confianza que derrochan los jugadores argentinos no puede descansar sólo en eso. Salvando distancias, la caída frente a España, en una serie que daba a la Argentina como radical favorita, sirva acaso como ejemplo. Porque, como se suele decir en estos casos, partidos son partidos, y hay que jugarlos.

Mónaco, Chela, Vassallo Argüello y hasta el doblista Arnold son mejores que sus pares holandeses, claro está, pero también deberán tener en cuenta que cargarán con la presión de jugar, por decirlo de alguna manera, con el resultado puesto. Y eso puede jugarles en contra, sobre todo ante rivales que, si bien no presentan pergaminos, les son desconocidos en el circuito.

Si Argentina consigue el objetivo, en cuartos de final deberá enfrentarse como visitante a República Checa o Francia. Entonces sí, para seguir avanzando necesitará contar con sus mejores tenistas. Los jugadores convocados frente a Holanda y el cuerpo técnico parecen conscientes del lugar que les toca ocupar y lo toman con naturalidad. Un buen punto, por ahora, de Tito Vázquez, abocado sí a avanzar en la Davis, pero también a consolidar un equipo a prueba de estrellas y vanidades.