Dom 24.05.2009

DEPORTES  › EL EQUIPO DE ZUBELDIA DERROTO 1-0 A BANFIELD Y SE ILUSIONA CON EL TITULO

El Granate también sabe pelear

Como en el Apertura que obtuvo en 2007, Lanús ganó el clásico de visitante y se mantiene como líder a falta de cuatro fechas. La diferencia la hizo con un polémico gol de Sand, que además provocó la expulsión de Bustos. El Taladro tuvo chances para empatarlo.

Ahí anda Lanús. Firme, ganador, puntero y con una pila de recuerdos que lo invitan a soñar. Porque al igual que en el Apertura 2007, cuando logró obtener su único título, consiguió quedarse con tres puntos muy importantes en ese reducto tan complicado de Peña y Arenales. Otra vez con más sangre que juego, otra vez ante un rival que hizo lo imposible para no dejarlo ganar y otra vez con ese oportunismo que, a fin de cuentas, es el que puede definir este tipo de partidos. Un clásico caliente por donde se lo mire. Lleno de polémicas y sobre todo emociones.

Ahí anda Lanús. Mirando a todos desde arriba, defendiéndose ante la arremetida de ese Banfield aguerrido, que pese a tener un jugador menos por la expulsión de Bustos, lo ataca y lo pone entre las cuerdas. Tiene una, dos, tres chances de gol. Lo erra Fernández, no puede Bertolo y tampoco García. Por eso la victoria se disfruta el doble, porque el conjunto de Zubeldía no tuvo el vuelo futbolístico de otras fechas y ganó igual. A pura garra, con mucho carácter y gran madurez.

Los pibes de Lanús demostraron todo eso ayer. Aunque también tuvieron algunos chispazos, que pueden desnivelar y cambiar el rumbo del partido. Y en cada arremetida de Blanco o Salvio –que ayer estuvieron apagados–, hay una chance de gol que tiene en sus pies Sand. Pero el goleador no puede definir el pleito y todos sufren hasta el final.

Entonces ahí anda Lanús. Sin poder disfrutar ese gol que estuvo envuelto de polémicas. Porque cabe preguntarse si hay offside de Sand en la jugada –eso parece–, si la desvía el delantero –es casi inperceptible– o si el asistente levantó o no levantó la bandera. Lo cierto es que Pezzotta cobra gol, mientras algunos festejan y otros se quejan. Y Banfield entra en el nerviosismo y juega el encuentro en un plano emocional, sin pensarlo. Por eso Lanús no pasa grandes sobresaltos.

Sin embargo, el desarrollo no da respiro. Es apretado, ninguno de los dos se regala un metro y todo es tan friccionado que no hay un claro dominador. Ambos juegan con el corazón. Lanús, para aferrarse con uñas y dientes al resultado; y Banfield, para empatar. Pero el equipo de Falcioni siente el desgaste y baja un poco su nivel. Y con más amor propio que otra cosa, multiplica los esfuerzos e incluso puede empatarlo. Pero Bossio con dos manotazos evita la caída y se queda con la punta del campeonato.

Por eso ahí anda Lanús. Con los recuerdos que lo invitan a soñar, emborrachado de festejos, a cuatro fechas del final del torneo, más firme que nunca, puntero. Ahora deberá seguir en el mismo camino si es que pretende repetir la alegría del Apertura 2007. Aunque tendrá que tratar de no sufrir tanto, para seguir avanzando con ese paso firme que lo lleva a ser protagonista de este Clausura hasta el final.

Informe: Nicolás Sagaian.

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