Luego del acuerdo al que la dirigencia de Boca arribó con el entrenador del equipo, Carlos Ischia, quien acordó su renuncia pero, con el apoyo del manager Carlos Bianchi, consiguió que le permitan terminar el torneo Clausura y así tener una salida más decorosa, los dirigentes del club ya comenzaron a trabajar para encontrar al sucesor. El preferido, pero imposible por una cláusula firmada entre ambas partes, es Bianchi, a quienes luego del “buen” arreglo con Ischia intentarán convencer, apenas atrás aparece Alfio Basile, el único de los sucesores del Virrey en Boca que mostró que el cargo no le quedaba grande.

“Toda la comisión directiva quiere que Bianchi sea el técnico y vamos a tratar de hacer esfuerzos para que dirija Bianchi, pero no creo que lleguemos a convencerlo”, sostuvo ayer el actual presidente de fútbol profesional, Marcelo London, uno de los dirigentes cercanos al Virrey desde que éste asumió el cargo de manager deportivo del club y propició cambios significativos en la estructura de la compra y venta de jugadores, de la que antes se encargaban José Beraldi y Juan Carlos Crespi.

La cláusula que tanto Boca como el ex entrenador firmaron de mutuo acuerdo le impide a Bianchi asumir como entrenador en reemplazo de Ischia, su ex ayudante de campo y amigo por más de 20 años, más allá de que el nuevo arribo de Bianchi a Boca complicó la relación. Por eso, una posibilidad es que tras la salida más decorosa de Ischia, quien por la falta de resultados y el flojo manejo del grupo iba a ser echado por la dirigencia pero terminó acordando una desvinculación menos traumática, Bianchi y Boca acepten romper ese pacto y que el Virrey finalmente vuelva a agarrar las riendas del equipo.

Sin embargo, nadie en Boca está seguro de que eso pueda suceder y por eso se barajan dos alternativas diferentes: o contratan a un técnico de peso, como podría ser Basile, que también tendría una propuesta del Parma de Italia, o consiguen un DT de menor jerarquía que tome el equipo en junio pero que pueda luego subordinarse a las órdenes de Bianchi cuando, en caso de que así suceda, el Virrey tome el mando del plantel en enero de 2010. Los candidatos en este último caso serían Gustavo Alfaro, Jorge Bermúdez –quien es resistido por algunos dirigentes por sus peleas públicas con el ex presidente del club Mauricio Macri–, Diego Cagna y hasta Guillermo Barros Schelotto.

En cuanto al acuerdo arribado con Ischia tras la derrota por 2-0 ante Vélez en Liniers, London explicó el proceder de la dirigencia, que en la noche del domingo, tras una cena en un restaurante del barrio de Saavedra se encargó de comunicar la determinación. “Cuando contratamos a un técnico no le pedimos que salga campeón, pero sí que compita hasta la última fecha y no ha pasado eso en los dos campeonatos”, manifestó el dirigente, quien también explicó que Boca continuará pagándole el contrato a Ischia hasta que este caduque en diciembre de este año, salvo que el DT consiga un nuevo club durante ese período. “El técnico dice que de 12 puntos puede sacar 12 puntos y tras una relación de un año y medio quisimos terminar de la mejor forma posible”, comentó el dirigente.

Otra de las cosas que la dirigencia le cuestiona a Ischia es el hecho de no haber podido controlar las internas del plantel, la división de vestuario entre los grupos liderados por Juan Román Riquelme y Martín Palermo. “Si contratás un técnico el vestuario lo tiene que manejar el técnico, no los dirigentes. El técnico que venga ahora se va a encargar de solucionar ese tema”, sostuvo London, quien también les apuntó a los jugadores. “Riquelme va a jugar hasta junio de 2010 y a Martín se le va a renovar el contrato un año más. Ambos tendrán que convivir y tendrán que aprender que Boca es más grande que ellos”, remarcó el dirigente que compone el trípode, junto con Bianchi y el presidente Jorge Amor Ameal, que maneja actualmente la parte futbolística de la institución.