La suerte de la Fórmula 1 podría dar un giro hoy en la reunión del Consejo Mundial de Automovilismo de la FIA, en París, cuando Luca Di Montezemolo, presidente de Ferrari y de la Asociación de Equipos de F-1 (FOTA), organización que anunció la creación de su propio campeonato para 2010, se enfrente al presidente de la FIA, Max Mosley, sobre quien aumenta la presión para que resigne su cargo. Mosley envió ayer una carta a los clubes integrantes de la FIA señalando que, en cambio, piensa en la reelección en octubre próximo. “En las pasadas semanas quedó claro que uno de los objetivos de los equipos disidentes es que yo renuncie como presidente de la FIA”, dice la carta. El Consejo se reunirá hoy para discutir la situación creada en torno de la F-1. Según las versiones circulantes, si Mosley renunciara, la FOTA dejaría caer sus planes secesionistas, aunque se asegura que la entidad ya cuenta con un presupuesto de 1000 millones de dólares y el concurso del gigante IMG de marketing deportivo para organizar un campeonato en cuyo calendario tentativo figura una carrera en la Argentina.