DEPORTES › INDEPENDIENTE GANO DOS PARTIDOS SEGUIDOS DESPUES DE MAS DE UN AÑO
La victoria sobre Godoy Cruz siguió a la conseguida en Tucumán el domingo, una mínima seguidilla que no reconocía antecedente en el pasado inmediato, lo que dice mucho del equipo de Avellaneda. Gandín, de penal, y Piatti, los goles.
Independiente rompió el maleficio. Después de más de un año pudo hilvanar dos triunfos consecutivos, gracias al 2-0 con que se impuso a Godoy Cruz. Y además, su entrenador, Américo Gallego, por fin pudo festejar una victoria en la cancha de Lanús, algo que nunca había ocurrido. Darío Gandín, de penal, e Ignacio Piatti, tras un rebote, marcaron los goles de Independiente, que con esta victoria quedó momentáneamente segundo y tomó aire en su búsqueda de escaparle a la Promoción.
Con el aliciente del triunfo en Tucumán, Independiente salió a jugar muy motivado, con la esperanza de que fuese el inicio de una etapa distinta. Sin embargo, el buen manejo de los mendocinos enseguida le apagó esa ilusión. Es que el toque lateral de los volantes visitantes, aunque con escasa profundidad, sirvió para quitarle ritmo y sumarle ansiedad a un equipo todavía inestable. Lo bueno para el equipo de Gallego fue que Godoy no acertó ninguna de las tres chances claras que generó: dos remates desde lejos de Higuaín, que desvió Navarro con mucho esfuerzo, y una entrada por el segundo palo de Jara, que remató desviado por el primer palo.
Pasado el efecto sorpresa por el planteo visitante, Independiente consiguió cortar el circuito de fútbol del conjunto de Cocca, a partir de la entrega de Acevedo y Vella. Ese argumento le alcanzó para emparejar el trámite y ya no pasar sofocones en su propio arco. Sin embargo, le valió de poco para generar peligro frente a la valla visitante. Como la gambeta de Patito Rodríguez peleaba en soledad ante las piernas adversarias, el peso ofensivo de Independiente era casi nulo. Como ni Gandín ni Núñez entraron en la misma sintonía, la chance más peligrosa que pudo generar el conjunto de Gallego se produjo con una media vuelta de Matheu tras un rebote en un corner, que para colmo ni siquiera salió cerca del palo derecho de Ibáñez.
En ese camino iba la segunda etapa, entre la infructuosa búsqueda de Independiente y la espera cómoda de los mendocinos. Sin chances frente a los arcos y con muchas imprecisiones, el trámite era monótono, con una tendencia casi irremediable hacia el 0-0. Pero cuando el ataque de los de Avellaneda menos claridad tenía, un desborde del debutante Martín Gómez terminó en un empujón de Dutari sobre Gandín, que el árbitro Faraoni interpretó como penal. El remate lo tomó el propio ex delantero de Colón, que venció a Ibáñez con un tiro bajo, a la derecha del arquero.
Con el gol, la actitud de ambos equipos se modificó, pero el trámite siguió en la misma tónica. Ahora, el que atacaba sin ideas y generaba muy poco peligro era Godoy Cruz, mientras que el que se paraba cerca de su arquero era Independiente. Con los mendocinos desesperados, Gómez armó un nuevo desborde por derecha y cedió para Rodríguez, que tuvo el gol dos veces, pero Vallés se lo impidió en la línea. Sin embargo, el último rebote le quedó a Piatti, que no tuvo problemas para asegurar la victoria y despejar todos los fantasmas que sobrevolaban por Avellaneda.
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