DEPORTES › ALONSO Y EL MUNDO FERRARI
› Por Sebastián Fest
Pelo despeinado, barba de varios días, jeans y remera deportiva de Renault. De repente, una sonrisa. Un objeto sobre el que estampar su firma: una gorra negra y roja de Ferrari. A las 11.30 de ayer, Fernando Alonso apareció en el circuito de Suzuka. Así empezaba su primera jornada como “ferrarista”. Y no pudo disimular su alegría. Tras meses de calma, de resignación estoica y de paciencia, Alonso volvió a ser el eje de todas las miradas, el protagonista de la noticia del año: su esperado pase a Ferrari a partir de 2010.
“Arigato” (Gracias), decía de buen humor en la obligatoria firma de autógrafos de los pilotos de la parrilla a los fans japoneses, que el domingo contemplarán el antepenúltimo Gran Premio del año, en el que la lucha por el campeonato del mundo entre el británico Jenson Bu-tton y el brasileño Rubens Barrichello quedó en un segundo plano. Después de la gorra de Ferrari, la primera de las muchas que vendrán en un futuro, firmó innumerables tarjetas de Renault que lanzó al aire. Bromas con los compañeros, paciencia para dejarse fotografiar y pulgares en alto. Aunque no se vistió de rojo ya ejerció como “ferrarista”. “Estoy extremadamente feliz y me ilusiona el reto”, comentó el español en su primera y multitudinaria presencia ante la prensa tras el fichaje confirmado.
Al poco de comenzar, primera declaración de amor eterno. “Creo que Ferrari será mi último equipo. Quiero acabar ahí mi carrera”, de-seó satisfecho por no tener que esperar hasta 2011 para concretar el acuerdo. Luego, colocó como meta y vara de medir al alemán Michael Schumacher, que ganó cinco de sus siete campeonatos del mundo vestido de rojo. “Me gustaría ganar tantos títulos como Michael con Ferrari, pero eso es bastante difícil. Tenemos mucho en común: el entusiasmo, la pasión por la competición en la pista”, se comparó con el piloto al que derrotó para ganar el título en 2005 y 2006.
Luego llegaron las promesas de trabajo continuo, el dar el máximo y un guiño a Felipe Massa, su nuevo compañero a partir del año que viene. “Tenemos una buena relación. Ambos somos latinos y eso será bueno. Es un piloto rápido y una persona fantástica. Lleva mucho tiempo en Ferrari y me puede ayudar a acomodarme rápidamente”, señaló el piloto de 28 años, que espera quedar en la historia de Ferrari.
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