Como si el portaaviones de la Selección Argentina navegara sobre aguas mansas, cinco días antes del trascendental partido contra Perú por las Eliminatorias, Diego Maradona abrió un nuevo frente de conflicto, molesto por la lesión de Pablo Zabaleta, que llegó desde Inglaterra con un desgarro y no podrá integrar el equipo titular. “Se nos escapó la tortuga –se lamentó Maradona con su tradicional estilo–. Alguien tenía que viajar y traerlos (a Carlos Tevez y Pablo Zabaleta). Nosotros tenemos dos partidos muy importantes y me duele muchísimo, pero hay que convivir con esto. Voy a esperar, después de la clasificación hablaré con Julio (Grondona) y evaluaré si sigo con mis condiciones”, amenazó el entrenador.

La sensación es que Maradona aprovechó el inconveniente para ajustar cuentas internas en el cuerpo técnico. El entrenador entiende que en su condición de manager del seleccionado, Carlos Bilardo debió haber gestionado la ausencia de Tevez y Zabaleta del partido que el lunes disputó su equipo, el Manchester City, por la Premier League, encuentro en el cual el lateral sufrió un desgarro de cuatro milímetros en el isquiotibial izquierdo. Maradona, que había desafectado al veterano Javier Zanetti para esta nueva convocatoria, se quedó sin lateral derecho y se evaluaba ayer la posibilidad de que la Selección jugara contra los peruanos utilizando una línea de tres en el fondo.

“Mi compromiso es con los muchachos –afirmó Maradona en una improvisada y sorpresiva ronda de prensa–. El hecho de haberle dicho que sí a Julio (Grondona) cuando me convocó a su casa y me dijo si quería ser el técnico de la Selección y le dije que era el tipo más feliz del mundo. Pero después hubo cosas que no me gustaron y se las diré cuando termine todo esto”, dijo, antes de aclarar que lo hará en caso de que la Argentina se clasifique al Mundial.

La relación entre Maradona y Bilardo es tensa. Cuando la Selección jugó en Córdoba la semana pasada, volvieron sentados en la misma fila del avión, dejando libre el asiento del medio, sin hablarse. La versión que circulaba ayer era que Maradona le había solicitado la semana pasada a Bilardo que viajara a Manchester para impedir que tanto Tevez como Zabaleta jugaran el lunes. La lesión del lateral potenció una situación de tensión que estuvo a punto de explotar cuando el entrenador pasó diez días en un spa de Italia y al regreso abortó lo que parecía un tímido intento de organizarle la tarea futura.

“Me voy a arreglar con este plantel. Ahora se buscarán jugadores para ver si lo podemos suplantar (a Zabaleta)”, explicó Maradona, preocupado por la enorme cantidad de jugadores amonestados en el plantel, que podrían quedarse afuera del partido decisivo contra Uruguay. “Nosotros tenemos un equipo con muchas amarillas y nos fuimos llenando de amonestaciones cada partido, todos partidos en los que nos jugamos la vida”, puntualizó.