A Juan Martín Del Potro, finalista del Masters de Londres, le faltaron 246 puntos para alcanzar el cuarto puesto del ranking mundial, tras haber sido derrotado por el ruso Nikolai Davydenko en la final del domingo. La victoria le permitió al ruso desplazar del sexto lugar al estadounidense Andy Ro-ddick, que no jugó el certamen londinense a causa de una lesión. Otro que subió gracias a su actuación en el Masters fue el sueco Robin Soderling, a quien Del Potro eliminó en la semifinal, que trepó en el ranking hasta el octavo lugar, superando al español Fernando Verdasco.

El Masters dejó el ranking prácticamente como estaba: no variaron los primeros cinco y no se produjo ninguna de las especulaciones que se formulaban, ya que Rafael Nadal no desplazó a Roger Federer del primer lugar del ranking ni fue superado por Novak Djokovic.

Miguel Nido, el organizador del ATP de Buenos Aires, confirmó ayer que Del Potro no estará en el certamen, que celebra diez años y que se jugará del 15 al 21 de febrero próximos, porque el tandilense prefiere jugar, a esa altura del año, sobre superficies duras. “Primero está el Abierto de Australia, y luego los primeros torneos importantes son en Indian Wells y Miami (todos sobre carpeta), por eso es difícil que los europeos decidan venir a esta región a jugar sobre polvo de ladrillo”, reconoció el organizador. “Hace diez años era diferente, los jugadores top ten sudamericanos como (Gustavo) Kuerten o (Marcelo) Ríos comprometían su presencia, pero los jugadores han cambiado, al igual que el mundo.” Tan cierto es como que en 2009 ningún argentino ganó un solo torneo sobre polvo de ladrillo, la superficie históricamente más propicia para las raquetas nacionales.

Juan Mónaco, el segundo mejor tenista argentino tras Del Potro (30º del ranking), no se mostró favorable a un cambio de superficie. “Va a ser raro. Sería una picardía usar otra superficie, más por la tradición que tiene el Buenos Aires Lawn Tennis, que es un club con cancha de polvo de ladrillo”, dijo el otro tandilense. “Ojalá que se pueda mantener esta superficie por el resto de los años que dure el torneo. Después, si se tiene que cambiar por fuerza mayor o porque la ATP meta demasiada presión, los jugadores no podemos hacer nada. Son decisiones que vienen de muy arriba, pero sería una lástima.”