Carlos Bianchi se hace rogar. Los dirigentes de Boca están atentos al teléfono, esperando el llamado del entrenador, porque apuestan a que aceptará rebajar sus pretensiones para transformarse a la brevedad en el técnico del plantel, que sufrirá una profunda depuración. Mauricio Macri regresaba anoche a la Argentina, según su círculo, “más confiado de lo que se fue”, esperando que Bianchi acepte la oferta, a su criterio “espectacular”, que Boca le formuló. Pero el entrenador se toma su tiempo, consciente de que los ases descansan en su manga. El martes vence el plazo que la Comisión Directiva del club se fijó para resolver la situación, en cuyo caso renovarán automáticamente el contrato de Oscar Tabárez. Pero ¿querrá el uruguayo someterse a semejante operación? Con eso también cuenta Bianchi.
Hasta hace dos días, Bianchi parecía un objetivo lejano para los boquenses debido a que sus pretensiones económicas excedían por mucho la oferta recibida, pero en las últimas horas ha crecido el optimismo de Macri, seguro de que su propuesta es inalcanzable para cualquier otro club de Argentina.
La diferencia entre la oferta y la demanda es “considerable”, admitió el dirigente, pero asegura que la cantidad de dinero ofrecida es “excepcional” para un medio cuya economía atraviesa una crisis histórica. Bianchi habría solicitado una cifra superior a los 2.100.000 dólares por año en un contrato de tres temporadas de duración; Boca está dispuesto a abonar 1.500.000 dólares, de los cuales Bianchi debe pagar el sueldo de sus colaboradores, entre ellos el preparador físico, Julio Santella y el ayudante de campo Carlos Veglio.
Como una concesión, el club estaría dispuesto a pagarle a Bianchi un premio especial si Boca gana la Copa Libertadores que comienza en febrero, y a organizar amistosos cuyas recaudaciones serían distribuidas entre el plantel y el cuerpo técnico.
Macri insiste a sus íntimos en que Bianchi no tendrá otra oportunidad como ésta en el medio local, apoyado en las recientes declaraciones de Bianchi, que aseguró haber rechazado otras ofertas para dirigir fuera del país porque quiere quedarse en la Argentina. El dirigente dice estar “convencido” de que Bianchi aceptará, después de haberlo puesto en duda, y ejerce presión sobre el técnico con sus declaraciones públicas.
En Boca hay consenso para que el próximo entrenador no salga de la dupla que forman Bianchi y Tabárez. Pero el uruguayo no debe estar muy conforme con el tratamiento que le están dando. El departamento de fútbol del club ya dispone del programa de trabajo de Tabárez para la próxima temporada, pero eso fue más una formalidad que el resultado de la convicción del uruguayo de que finalmente se quedará.
Además, en base a las cifras que se manejan con Bianchi, es muy posible que Tabárez reclame una sustancial mejora en su salario si es que renueva el contrato que se le vence el próximo 31 de diciembre. El entrenador uruguayo terminó el año irritado por la manera en que los dirigentes criticaron su trabajo y el rendimiento del equipo justamente cuando luchaba por el título de campeón del Apertura.
Todos estos interrogantes empezarán a despejarse cuando suene el teléfono en Boca. Del otro lado de la línea, lo que diga Carlos Bianchi será escuchado con la mayor ansiedad.