Godoy Cruz de Mendoza no sólo goleó y alcanzó la punta del Clausura; también reivindicó al fútbol. Después de la espantosa jornada del domingo, con tres empates deslucidos y sin goles, el equipo mendocino anotó cinco goles en 38 minutos, y seis en total para aplastar a Tigre, jugando un segundo tiempo memorable, sobreponiéndose incluso a un instante de distracción y a un grosero error arbitral, que convalidó un inexistente gol de Tigre.

Esos segundos 45 minutos tuvieron de todo, siete de los ocho goles y las situaciones más dramáticas y emotivas. En cinco minutos, el equipo mendocino había estirado la diferencia del 1-0 inicial del primer tiempo (un cabezazo de Dutari tras centro de Carranza) a un 3-0 que parecía lapidario, frente a un equipo sin fibra ni reacción. Salinas recibió un pase de Olmedo para someter a Islas y tres minutos más tarde una prolija jugada de Carranza por derecha encontró a Vega acomodado entre una defensa estática y un arquero indefenso, para anotar con toque de primera.

Pero si por un instante pareció que al partido iban a sobrarle 40 minutos, con vergüenza Tigre descontó con una media vuelta de Lázzaro, que no llegó a retener Ibáñez, y un minuto más tarde se produjo la jugada más polémica del encuentro. Luna cabeceó, la pelota pegó en Zelmar García y se coló a espaldas de Ibáñez, que se rehízo y logró contener la pelota contra la raya. No toda la circunferencia de la pelota traspasó la línea pero, a instancias del asistente Norberto Moyano, el árbitro Néstor Pittana convalidó el tanto. En tres minutos, Tigre había cambiado un 0-3 por un 2–3.

Sin embargo, Godoy Cruz jamás perdió las riendas del encuentro; fue más sólido atrás y más surtido adelante, con ideas y con intérpretes. De un tiro libre de Carranza que dio en el travesaño llegaron los rebotes que le permitieron a Sigali, parado en el área chica, anotar el cuarto. Los mendocinos recuperaban en el marcador el manejo de un partido que, salvo en ese período de turbulencia, había sido profundamente propio.

Tigre se derrumbó, no había esgrimido demasiados argumentos para ponerse tan a tiro y ese cuarto tanto terminó por liquidar su ilusión de un empate con aroma a hazaña. Lo que le quedaba al partido le sirvió a Rodrigo Salinas para completar su tripleta de la tarde, tomando un rebote después de que Islas le tapara un mano a mano a Olmedo, y luego con un remate seco desde la puerta del área. En tanto, los técnicos Omar Asad y Ricardo Caruso Lombardi se cruzaron crudas acusaciones al borde del campo.

A cinco fechas del cierre, Godoy Cruz copó la punta del Clausura. “Tomamos este partido como una final, porque sabíamos que con un triunfo les bajábamos el martillo a varios clubes en la lucha por la permanencia –reconoció Asad–. Ahora podemos ilusionarnos con otra cosa...”

Ver ficha del partido