DEPORTES › PALERMO BLANQUEó SU DISTANCIAMIENTO PERSONAL CON EL ASTRO
El goleador reconoció que se sintió “incómodo” luego del desplante del armador, que le sirvió la jugada del gol record, pero evitó saludarlo después, aunque señaló que no va a plantear la disyuntiva entre uno y otro. “Sería muy bajo.”
Martín Palermo llevaba seis partidos consecutivos sin convertir goles. Había igualado el record de Roberto Eugenio Cherro, el máximo goleador en la historia de Boca, en el encuentro contra Vélez, la noche del 4-4. Pero después pasaron Racing, Tigre, River, Chacarita, Central, Colón... y el record continuaba siendo compartido. En lo peor del ciclo Alves, o probablemente a causa de esto, a Palermo se le mojó la pólvora. Tuvo que aparecer Juan Román Riquelme, armar una jugada brillante, tener el tanto a disposición y, en cambio, cedérselo sin mirarlo, como diciéndole “tomá, hacelo” o “lo hacés sólo si yo te lo armo”. La curiosa situación de-sembocó en el gol, pero también en el meneado festejo, que Riquelme prefirió hacer en soledad, pese a que el goleador, ahora el máximo en la historia del club, lo buscó con la mirada para el abrazo. Después de semejante momento, Palermo admitió ayer que “lo único” que lo une “con Juan Román Riquelme es la misma camiseta” y que no tiene con él relación alguna ni trato, aunque sí “respeto”.
“Lo dije siempre, soy claro, no soy amigo, no tengo relación, lo único que nos une es salir el domingo y tener la misma camiseta y saber que los dos tenemos la obligación, como referentes que somos, de sacar a Boca adelante, transmitirles o darles un mensaje a los más chicos, porque ellos sienten presión. No recaer sobre ellos, los más grandes hacernos cargo”, expresó ayer.
Ya el lunes a la noche había sido veladamente crítico con Riquelme. “Con Vélez, el día del gol de cabeza, nos abrazamos; con River también, pero esta vez fue diferente. Sé lo que pasó y lo que se vio.” Ayer eligió ser más explícito. “Siempre festejo con quien me asiste, pero ahora fue distinto. Todos lo vieron y lo pueden analizar. Me sentí incómodo. No quiero hablar, que cada uno saque sus conclusiones”, expresó.
“Yo no quiero entrar en polémica, porque nunca lo hice. Creo que la evidencia está ahí en lo que pasó y queda a criterio de todos, los que día a día ven el mundo Boca y están sorprendidos y son críticos e informan lo que es Boca. Cada uno encontrará las respuestas, si es que las hay”, remarcó.
Aunque Riquelme no habló, no son pocos los que recuerdan que en público el astro sólo ha tenido palabras de elogio para el goleador, aunque la relación entre ambos sea inexistente. En general, ha sido Palermo el que ventiló la situación entre ambos.
“Es obvio y evidente de que el 80, el 90 por ciento de las cosas que se pueden llegar a decir de lo que pasa adentro es más que obvio lo que pasa. Es muy difícil que los protagonistas de esas situaciones salgan a decirlo, confirmarlo o decir realmente lo que pasa. Pero los dirigentes lo saben, los técnicos lo saben”, señaló. “Hay que sacar a Boca adelante, transmitir y darles un mensaje a los más chicos. Tenemos que ser una imagen más clara, que las cosas así no van. Hay que encaminarla de otra manera, no sé cuál es el rumbo.”
“Conviví diez años, pero fueron de otra manera, era otra manera dentro del vestuario. Esta situación es consecuencia de cosas que se van viviendo. Quienes están y ven lo que pasa día a día tienen que manifestarse”, señaló Palermo.
La semana pasada, el presidente de Boca, Jorge Amor Ameal, había aceptado en conferencia de prensa que su intención era renovarles el contrato tanto a Palermo como a Riquelme. Consultado sobre la renovación, Palermo acotó que no va a condicionar su futuro por Riquelme. “No voy a plantear algo así. La resolución la tendrá que tener el presidente con toda la Comisión Directiva sobre qué va a pasar conmigo, con Román, con Ibarra. No voy a ser parte de la postura de ‘él o yo’. Eso sería caer muy bajo.”
Palermo señaló que “a veces” reflexiona buscando “los motivos del distanciamiento” con Riquelme, pero no los encuentra. “Yo tengo respeto hacia él y en base a eso salgo a la cancha, yo me voy a matar por él, por Gaitán, por Medel, por Chávez, Rosada, al que le toque, tenemos la misma camiseta dentro de la cancha. Después es otra cosa, cuando pasan los 90 minutos es otra la situación”, destacó el goleador.
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