A fines de 2009, Rodolfo Zapata, un entrenador argentino que trabajaba en Estados Unidos como seleccionador de talentos para la Federación local, decidió dejar la cómoda vida que disfrutaba en Nueva York para emprender un exótico desafío laboral: dirigir al Sunshine Stars FC de Ondo, una provincia del sudoeste de Nigeria. El ex arquero de Huracán, Sportivo Italiano y Cipolletti aceptó y desde entonces desarrolla un proyecto futbolístico integral con profesionales y juveniles, que cuenta con el apoyo del gobierno local. Es por eso que por estos días, Zapata se convierte en una voz experta para radiografiar a las Aguilas Verdes, el primer rival de Argentina en el Mundial de Sudáfrica, el próximo sábado. “Es un equipo con buenas individualidades pero carecen de un sistema táctico y ofrecen muchas ventajas defensivas”, señaló este DT de 44 años a Página/12, sobre el adversario que deberá enfrentar la selección de Diego Maradona el próximo 12 de junio en Johannesburgo.

–¿Nigeria tiene algo más que lo que mostró en el amistoso que empató 1-1 ante Colombia?

–No mucho, el equipo es eso. Buen manejo de pelota, algunas buenas intenciones ofensivas, pero nada más. Además cuentan con muy poco tiempo de trabajo en común y no tienen un sistema de juego consolidado. Eso es algo que van a tratar de encontrar sobre la marcha. Eso tienen en común con Argentina, claro que el equipo de Diego Maradona cuenta con jugadores de mayor nivel.

–¿Qué tipo de partido le plantearán a Argentina?

–Ellos van a jugar de contragolpe y le van a ceder la iniciativa al rival. Apuestan a meter un gol primero y a tener cada vez más espacios. Van a apostar la velocidad y la técnica, que es lo mejor que tienen.

–¿Esta selección está muy por debajo de aquel equipo que integraron jugadores como Okocha, Amunike, Taribo West y Babayaro, y que obtuvo la medalla dorada en los Juegos de Atlanta 1996?

–Aunque tienen buenos jugadores, éste es un equipo que representa una generación de transición, de recambio. Es un plantel que no posee la misma calidad que tuvo el fútbol nigeriano en los noventa. Sin dudas, los mejores valores que poseen son Obafemi Martins y Jon Obi Mikel (ahora lesionado y autoexcluido del equipo, ver aparte).

–¿Cómo evalúa el trabajo previo al Mundial que está haciendo el sueco Lars Lagerback, al frente de la selección?

–Está trabajando muy sobre el filo. Lo llamaron en febrero y en la primera convocatoria citó a 44 jugadores. Después, al momento de armar la lista definitiva de los 23, privilegió a los que juegan en Europa. Creo que podría haberse fijado un poco más en los que actúan en el fútbol local. Me parece que le faltó eso.

–¿Por qué las selecciones africanas, casi siempre, son dirigidas en los mundiales por entrenadores extranjeros?

–Porque los dirigentes creen que los entrenadores europeos o sudamericanos tienen más jerarquía. Todas las selecciones africanas que jugarán este Mundial, a excepción de Argelia (que tiene a Rabah Saâdane como entrenador), llevarán técnicos oriundos de otros países. Por ejemplo, el entrenador que logró la clasificación a Sudáfrica fue Shaibu Amodu, que también lo había hecho para Corea/Japón 2002, pero en ninguno de los dos casos, los dirigentes le permitieron dirigir en los mundiales. Están convencidos de que los extranjeros son mejores.

–¿Qué posibilidades tiene Nigeria de clasificar a octavos?

–Me parece que bastantes. Nigeria, a pesar de sus inconvenientes, está por encima de Corea del Sur y Grecia. Para mí clasifica en el segundo puesto, detrás de Argentina.

–¿Cómo es vivir y trabajar en Nigeria?

–Entreno al Sunshine Stars, que es el equipo que representa a la provincia de Ondo. Allá, en lo organizativo y lo económico, el fútbol depende de los gobiernos de las provincias. Soy una especie de manager general, me encargo de la Primera, los juveniles y del equipo de la Segunda División, que es una especie de filial. Claro que no hago todo solo, trabajo junto a varios entrenadores locales que me ayudan con cada uno de los planteles que tenemos a cargo. Vivo en Akure, una ciudad en la que, sin exagerar, debo ser el único blanco que reside allí. Pero estoy conforme con la labor que hicimos en este año. Estamos muy cerca de clasificar a la Copa Africana de clubes y es lo que estamos buscando, darle al equipo un roce internacional.

–¿Cuáles son las principales dificultades que tiene el fútbol en el país?

–Hay muy poca organización, en el plano dirigencial, y escasa disciplina táctica. En los equipos nigerianos, y la selección no escapa a esta regla, existe mucha repentización, pero poco orden. En Africa se ve lo mejor y lo peor de nuestro potrero. Se mezclan la habilidad y la ingenuidad defensiva. Por eso, a veces se ven faltas tan groseras cuando los defensores salen a cortar. Falta trabajo de formación y es un poco lo que intentamos hacer en el Sunshine: aprovechar la calidad innata de los jugadores y darles nociones tácticas para lograr resultados.

–¿El nigeriano vive como juega?

–Sí. Son gente desprejuiciada, franca y muy leal. Cuando salen a la cancha también muestran lo mismo. Estoy convencido que de esa forma van a encarar los tres partidos de la primera ronda del Mundial. Así sienten el fútbol.