Las horas se consumen y el debut está a la vuelta de la esquina: Uruguay está a un día de estrenarse en el Mundial de Sudáfrica y ultimó los detalles para jugar mañana ante Francia (desde las 15.30) entre centros, diamantes, controles sorpresa y cartas de amor incondicional de la gente de su país.

Como si fuera poco, Oscar Tabárez confirmó el equipo titular para iniciar el sueño mundialista: Muslera; Victorino, Lugano, Godín; Maxi Pereira, Arévalo Ríos, Pérez, Alvaro Pereira; Ignacio González; Forlán (foto), Suárez. La oficialización llegó apenas antes de la cena, pero la jornada se inició mucho antes, hasta demasiado temprano para algunos. A las siete, una delegación de FIFA llegó al Hotel Protea, en Kimberley, para realizar sin previo aviso –como con la Selección Argentina el domingo– un control antidoping a ocho jugadores charrúas. Muslera, Lugano, Suárez, Pérez, Gargano, Sebastián Abreu, Fucile y Juan Castillo debieron pasar el trámite a horas poco acostumbradas. “Hubo que despertarlos –deslizó sutilmente la queja Tabárez, con ese tono pausado que lo caracteriza–. Salvo ese inconveniente, va todo bien.”

El “todo bien” se basa en que no hay lesiones entre los 23 convocados que compliquen la idea madre del técnico, pero descansa también en la convivencia, con tiempo para el entrenamiento como en la práctica que se realizó por la tarde y lugar también para la distensión.

La famosa mina de diamantes The Big Hole, un espectacular hoyo de 1,8 kilómetro de circunferencia ubicado justo al lado del hotel de la concentración uruguayo, fue esta vez la protagonista del tiempo libre, con Lugano y Abreu encabezando la fila, cada uno con sus “complementos” preferidos. El capitán, el mate. El delantero, su cámara de video. “Al Mundial anterior llevé cámara de fotos y me di cuenta de que después tenía que explicarlas. Ahora me traje la de video”, explicó.

A la hora del trabajo, Abreu y sus compañeros se pusieron a cabecear centros y ejecutar jugadas con pelota parada, pensando en un aspecto respetado de los franceses que destacó Lugano. “En el amistoso contra China no hicieron goles, pero generaron peligro en cada pelota quieta. En el fútbol es cada vez más importante y más si jugás contra rivales de una fortaleza física impresionante como Francia.”

Uruguay tiene claro que a la desventaja física puede ganársele con inteligencia, pero también con pasión y alguien del plantel se encargó de acicatearla dejando a la vista las numerosas muestras de cariño recibidas en Montevideo de parte del ilusionado pueblo uruguayo. “Hoy vi que todas esas cartas estaban en una mesa del comedor para que lo puedan repasar y leer –contó Tabárez, emocionado-. Se podrían haber tirado, pero esta gente es especial.”