Messi fue el centro de la polémica por su condición física.
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¿Messi no llega bien? ¿El crack del Barça está lesionado? ¿La prensa inventó una supuesta lesión? La polémica se instaló después de que algunas versiones, que procedían del entorno de Lionel Messi, señalaban que el astro argentino no está físicamente ciento por ciento, aunque nunca estuvo en duda para el debut ante Nigeria. Ayer, la preocupación en Pretoria pasó por intentar despejar rumores en relación con Messi.

El preparador físico Fernando Signorini había abierto la polémica cuando declaró, el miércoles: “Messi llega cansado al Mundial. El daño ya está hecho y es irreversible”. Signorini se refería a la carga física del futbolista, después de una extenuante temporada en la que jugó 65 partidos. Messi no participó del partido despedida de la Selección contra Canadá en la cancha de River; hace dos días que el plantel argentino hace sólo entrenamientos en turno único. “Se preocupan (la FIFA) por los controles antidoping pero no se preocupan porque los jugadores juegan setenta partidos por año y tengan que viajar de una punta a la otra”, había lamentado Signorini en declaraciones al diario catalán Sport.

Como los rumores crecían, el médico del plantel, Donato Villani, tuvo que salir al cruce con una declaración fuera de programa. “Los 23 jugadores están en perfecto estado y a disposición del cuerpo técnico. Es todo”, fue lo único que dijo Villani, al cabo de la conferencia de prensa que brindó ante la multitud de periodistas que se agolpó en Pretoria para conocer el estado físico de Messi. “Como se terminó la etapa preliminar se creyó conveniente que hablara el médico”, fue la explicación oficial para aclarar la palabra de Villani. Más allá del tema Messi, Carlos Tevez y Gabriel Heinze trabajaron diferenciado por precaución.

Un rato antes, el propio Maradona buscó mandar un mensaje de tranquilidad durante el ratito de práctica pública. Primero, Messi fue el encargado de ejecutar los corners desde el sector donde se encontraba la prensa. Y ya terminado el entrenamiento, como si fuera una puesta en escena orquestada, el seleccionador abrazó a Messi y le dio instrucciones mientras caminaban juntos hasta la mitad de la cancha, cuando la mayoría de los jugadores ya se había retirado a los vestuarios. Por un rato, la bola de nieve creció demasiado, aunque a todas las partes, tal vez, no les falte razón: Messi no está lesionado, pero no llega de la mejor manera tras el desgaste de una temporada larguísima. Por eso, los cuidados especiales y la idea de proteger al ancho de espadas de la Selección.