Torosidis puntea la pelota para marcar el segundo tanto de los griegos, luego de un rebote entregado por el arquero.
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Qué lejos parecen haber quedado aquellos tiempos en que los equipos africanos se vislumbraban como las futuras potencias del fútbol mundial. A pesar de tener jugadores con más presencia en las ligas europeas, esa experiencia parece ser contraproducente: enfrascados en conceptos tácticos y ordenados en esquemas rígidos, los africanos han perdido la frescura y aquel fútbol salvaje y atrevido de hace dos décadas (Camerún ’90, Nigeria ’94) y ahora, domesticados por entrenadores europeos, se muestran como equipos previsibles y sin inventiva, pero con las ingenuidades típicas que costaban eliminaciones a aquellos grandes equipos. Ahora, el 2-1 ante Grecia dejó a Nigeria muy cerca de la eliminación.

Así como le sucede a Camerún, los nigerianos sufren con ese fenómeno. De otra manera no se puede entender cómo dejaron escapar un partido que a los 30 minutos parecía definido ante los entusiastas griegos –algo así como la chica macanuda–, que se limitaban a patear para adelante. Pero a partir de la ingenuidad de Kaita, que se hizo expulsar por una patada sin pelota, Nigeria se descontroló y pretendió defender la ventaja, algo para lo que sus jugadores no estaban preparados. “Empezamos controlando el juego bien, convertimos, pero luego vino la expulsión, lo que nos ha creado problemas, especialmente en la primera parte”, intentó justificar el técnico de Nigeria, el sueco Lars Lagerback.

Lo concreto que esa estrategia derivó en un crecimiento de los griegos, que aprovecharon para pasar de un equipo rústico y sin ideas a una formación con cierto criterio, que sacó ventajas de la actitud de los nigerianos. Así, con un remate desde lejos de Salpingidis que se desvió en Haruna y con el rebote que capturó Torosidis tras el único error del seguro Enyeama, Grecia pasó a ganar el partido con justicia y a soñar con la clasificación para los octavos de final, más allá del escepticismo de su entrenador, el alemán Otto Rehagel. “Nos toca enfrentarnos a Argentina, un equipo de clase mundial. Son claramente mejores que nosotros, pero tenemos que ver la forma de hacerles frente”, indicó el entrenador, el más veterano del torneo, con 71 años.

Ahora, con tres puntos, los griegos necesitan no perder ante Argentina y sacar un mejor resultado que Corea ante Nigeria, ya que los asiáticos tienen ventaja en la diferencia de gol. Para los africanos, una victoria los mantiene con chances, aunque en ese caso necesitarían que el equipo de Maradona les diera una mano y derrote a Grecia. “Lo positivo es que si Argentina gana su partido, todavía tenemos posibilidades de pasar”, señaló Lagerback.