La polémica por el uso de la tecnología para paliar los yerros arbitrales continuó ayer, después de lo que sucedió el domingo en Alemania-Inglaterra, cuando no se convalidó un gol de Frank Lampard, y en Argentina-México, cuando se legitimó un gol de Carlos Tevez en posición fuera de juego.

El FIFpro, el sindicato mundial de jugadores, pidió ayer a la FIFA reconsiderar su posición sobre su rechazo al video. “Después de los dos errores arbitrales en una sola jornada del Mundial, los llamamientos a utilizar la tecnología en el fútbol no pueden ignorarse”, indicó la FIFpro en un comunicado. Esos dos errores habrían podido haberse corregido en unos segundos mirando la repetición de las jugadas. “Todo el mundo del fútbol reaccionó nuevamente con incredulidad por la insistente reticencia de los cabezaduras de la FIFA a aceptar la tecnología. La credibilidad de nuestro deporte está en juego”, prosiguió la FIFpro.

La FIFA no juzgó útil ayer hacer comentarios sobre la introducción del video para ayudar a los árbitros en sus decisiones. “Queremos mantener el fútbol como un juego de la gente, con rostro humano. No queremos tecnología en el campo de juego, porque buscamos mantener la espontaneidad del fútbol: jugado, administrado y controlado por seres humanos”, había dicho antes del certamen el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.

“No hay ni un solo argumento contra el uso de la tecnología sobre la línea de gol”, estimó el secretario de FIFpro, Tijs Tummers, admitiendo que en el caso de los fuera de juego, la situación puede ser más complicada de juzgar.

En el caso gol de Tevez contra México, la FIFPro recordó que el línea Stefano Ayroldi vio imágenes difundidas en el estadio y supo inmediatamente que había cometido un error. “Como no está autorizado a basarse en imágenes, el árbitro Roberto Rosetti tuvo que validar el gol, sabiendo que debería no validarlo. Se podía leer la duda en sus ojos. La tecnología no mina la autoridad arbitral, sólo lo ayuda”, precisó el comunicado.

El arquero de la Selección Argentina, Sergio Romero, no se mostró muy de acuerdo con la postura del sindicato. En la conferencia de prensa que dio ayer, se mostró contrario al uso de la tecnología, por una particular razón: “Para mí no hay que incorporarla, saca la picardía y la viveza, y a grandes jugadores se les terminaría el fútbol –afirmó–. El fútbol es para vivos y no para la tecnología.” El uruguayo Jorge Fucile tampoco es partidario “porque los errores son parte de este juego. En cualquier caso, no sé lo que diría si me hubiera pasado lo que ocurrió en los partidos del domingo”, señaló.

El seleccionador portugués, Carlos Queiroz, se mostró favorable a utilizar tecnología para dilucidar jugadas dudosas, aunque consideró que el Mundial de Sudáfrica no “es el momento oportuno para debatir” la cuestión. “Estamos en un Mundial, así que deberíamos limitarnos a las normas que se aplican en este Mundial y promocionar el fútbol. No es el momento para cambiar el juego”, insistió Queiroz, que “a título personal” dijo simpatizar con la idea. “Creo que ciertas herramientas sí podrían introducirse en el futuro. Lo que está en juego es la credibilidad del fútbol. Hay cientos de millones de personas que ven lo que ha sucedido y los árbitros no –explicó–. No digo que sea ahora, pero el fútbol tiene que evolucionar, avanzar y la tecnología tiene que utilizarse.”

Como no podía ser de otro modo, los dirigentes apoyan la postura de la FIFA. El titular de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Sebastián Bauzá, afirmó con cierto dramatismo que el uso de la tecnología para colaborar con el arbitraje podría llegar a “desvirtuar” el fútbol. “Fueron dos errores humanos, dos errores que hay que delimitar en el entorno de lo que puede pasar en un partido de fútbol –señaló el dirigente–. Pienso que hay que seguir en esa línea, ya que lo contrario no es bueno para el fútbol. En cualquier caso habría que pensarlo con mucho detenimiento y cautela y si se aplicara, debería delimitarse bien en qué condiciones se puede tener en cuenta.”