“Este es el último Mundial con el actual sistema de arbitraje”, aseguró el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke. La idea de FIFA es situar a dos nuevos asistentes junto a las arcos para evitar fallas como la del árbitro uruguayo Jorge Larrionda, que no le cobró un gol legítimo al inglés Frank Lampard en octavos de final contra Alemania.