Mar 07.01.2003

DEPORTES  › UN DISCRETISIMO DEBUT DEL SUB 20 ANTE COLOMBIA

Cavenaghi y el brazo de Dios

Con dos goles de Cavenaghi sobre el final de ambos períodos, el equipo de Tocalli ganó sin jugar bien en partido malo. Colombia descontó de penal sobre la hora y no le dieron otro, escandaloso.

Una muy deslucida victoria por 2-1 sobre Colombia marcó el debut del seleccionado argentino Sub 20 en el Torneo Sudamericano de Uruguay, clasificatorio para el Mundial de Emiratos Arabes 2003. Los goles argentinos fueron anotados por el delantero de River Fernando Cavenaghi; Montaño, de penal, descontó para los colombianos. Pero pudo ser distinto y vale la pena detallarlo.
El primer gol argentino fue un toque corto de Cavenaghi tras gran centro largo de Rivas, de izquierda a derecha, que cabeceó al arco Jonás González. El arquero dio rebote, y el de River concretó cuando caía el telón de un primer tiempo muy aburrido, en el cual defraudaron los dos equipos. El segundo fue de penal –muy bien ejecutado por el goleador–, luego de un ataque probablemente iniciado con offside de Patricio Pérez, a quien derribó el arquero. En ese momento parecía que el partido estaba definido porque Colombia no llegaba nunca y faltaban poco más de cinco minutos. Sin embargo, faltaba lo mejor, lo más emotivo.
Porque llegó el descuento. Penal ejecutado por Víctor Montaño a los 43 minutos tras infracción –y expulsión consecuente– del zaguero Gonzalo Rodríguez. De inmediato, con nueve jugadores argentinos –porque ya había salido Charras, lesionado, y no había cambios– y jugando el descuento, el árbitro ignoró un grosero penal por mano de Javier Pinola, lo que provocó el lógico enfurecimiento de todo el plantel colombiano. Tras pocas acciones más, terminó el partido. Todas las emociones se concentraron en esos cinco minutos finales. Y la historia pudo haber sido otra.
En resumen, Argentina no jugó bien, no funcionó sino en la solidez de su defensa y ciertos momento de claridad de Cavenaghi. Nunca dispuso de la pelota, fracasó Tévez, en posición indefinida, y los volantes, con Mascherano al frente, sólo atinaron a retroceder y tapar. No hubo proyección por los costados –un solo desborde de Rivas– y Tocalli, que evidentemente no halló el equipo todavía, debió apresurarse en los cambios: Carrusca duró media hora y los de Vélez –Patricio Pérez y Jonás Gutiérrez– tampoco llegaron a hacer pie.
Argentina juega el miércoles con Chile. Hay que abrirle crédito.

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