Con apenas tres partidos oficiales disputados, con dos derrotas consecutivas sufridas, con 10 millones de dólares gastados en contrataciones para satisfacer sus necesidades, Claudio Borghi da a entender que quiere irse de Boca. Lo sugieren sus declaraciones del domingo a última hora, tras la derrota con All Boys, en las que sugestivamente se autoimpuso un límite para continuar en el cargo: “El partido que viene con Vélez es determinante para mi puesto, porque Boca es el equipo más popular de Argentina y no ganar es muy complicado; las derrotas generan impotencia y haber logrado sólo un punto de nueve es muy, muy poco”. Los dirigentes del club expresaron ayer su respaldo al técnico, lo mismo que Juan Román Riquelme, el astro boquense que continúa en el club después de haber firmado un contrato varias veces millonario, pero que en principio no podría regresar al equipo antes de la novena fecha del Apertura. Si Borghi finalmente decide salir de órbita tras cuatro partidos, ¿irán los dirigentes de Boca a buscar como reemplazante a Diego Maradona, el ahora sin trabajo ex seleccionador argentino?

Boca penó durante muchas semanas, en la primera mitad del año, antes de poder contratar a Borghi, después de la pobre experiencia con el ex interino Abel Alves, que duró 13 partidos del Clausura, y tras la tarea transitoria de Roberto Pompei. “No nos interesa un técnico para cuatro fechas, le vaya mal o le vaya bien –señaló el vice de Boca, José Beraldi, para respaldar al entrenador–. La situación no es extrema. Todo se puede mejorar y de hecho eso es lo que se está intentando. Borghi tiene todo nuestro respaldo”, afirmó el directivo, quien admitió sin embargo que “hay preocupación porque se ha gastado mucha plata” en la renovación del equipo.

“La verdad es que no veo razón alguna por la que Claudio tenga que modificar el esquema de juego del equipo, más allá de estos primeros resultados negativos”, remarcó Beraldi. “Con ese sistema de tres defensores fue campeón hace nada más que un par de meses con Argentinos Juniors y también le fue bien a Marcelo Bielsa con el seleccionado chileno”, ejemplificó.

“Si algunos jugadores no están en su verdadero nivel es comprensible, porque tenemos un equipo nuevo que necesita rodaje y capacidad de adaptación a este sistema. Pero es algo lógico”, evaluó. “Además, los jugadores nuevos tienen que incorporar rápido no solamente los conceptos, sino lo que significa la presión que genera Boca, y máxime cuando, como ahora, no se dan un par de resultados.”

Las declaraciones de Borghi en la semana previa al partido contra All Boys sugerían que el entrenador no termina de sentirse totalmente cómodo en Boca, sometido a un escrutinio generalizado de los medios, más allá de la presión que supone la exigencia de pelear el título aún con un equipo en formación. Esa presunta incomodidad, sumada a los resultados poco favorables, podría estar empujando a Borghi a pensar en una salida.

“No conseguir juego ni victorias hace todo muy difícil. Hay que ver todos los resultados del fin de semana. Pero no es simple estar en esta posición y dar explicaciones por no ganar”, había dicho el domingo en la cancha de Huracán, tras la derrota ante All Boys.

“No hay excusas. Tengo conformado un gran plantel. Es cierto que se lesionaron algunos jugadores, pero es igual para todos. Si no ganamos, los punteros estarán muy lejos. Esto es Boca y sé las consecuencias. Nunca me imaginé este arranque. Pero viendo el pasado cercano no es raro”, precisó. “Tengo que lograr que los próximos tres puntos se queden en casa. Boca tiene obligaciones. Y Vélez es un rival durísimo. No quiero defraudar a la gente, así que hay que ganar.”

Aunque la práctica de hoy será en Casa Amarilla, Borghi decidió preparar el partido del próximo domingo en el country Mapuche de Pilar, donde ya había trabajado con Boca antes de la gira por Oceanía, y el plantel quedará concentrado a partir de mañana en un hotel de la zona.

“Una de las razones para concentrarse en Pilar pasa por tocarles el orgullo a los jugadores, más allá de lo físico y lo futbolístico. Hay que tener capacidad de reacción, porque el tiempo es el principal rival que tenemos”, afirmó una fuente cercana al cuerpo técnico.

También Riquelme se sumó a las voces de respaldo al entrenador. “Tengo mucha ilusión de jugar con el técnico que tiene Boca hoy. Ojalá que cuando vuelva, Borghi siga siendo el entrenador”, declaró. “Se pierden dos o tres partidos, estamos pidiendo que el técnico dé un paso al costado y no tiene que ser así.” Si la alternativa a Borghi resulta ser Maradona, Riquelme no va a sentirse muy cómodo en el club con el que acaba de renovar contrato.